Dos soldados del contingente británico de la KFOR y al menos dos civiles murieron ayer a causa de una explosión de municiones a unos 30 kilómetros al oeste de Pristina, capital kosovar, confirmó un portavoz de la Fuerza internacional de paz para Kosovo. Estas son las primeras bajas mortales que sufre la KFOR desde que el pasado día 12 empezó su despliegue en Kosovo con el objetivo de verificar el cumplimiento del acuerdo de paz para esta provincia serbia.
La explosión se produjo ayer al mediodía cuando un equipo del escuadrón de los Gurja nepalíes del Ejército británico se disponía a limpiar un colegio de las municiones allí almacenadas. Los Gurja nepalíes constituyen un cuerpo de élite que forma parte del contingente del Ejército británico, encargado de controlar la zona central de Kosovo dentro la misión de la KFOR.
El mayor holandés de la KFOR Jan Josten informó de que, además de las víctimas mortales, hubo varios heridos, cuyo número no precisó, a causa de la explosión ocurrida en la aldea de Negrovce, al oeste de Pristina. Uno de los civiles heridos se encuentra en estado grave y ha sido trasladado a un hospital de Pristina.
Tras la explosión, varios expertos en limpieza de minas fueron enviados al lugar del siniestro para intentar determinar las causas del suceso. El primer ministro británico, Tony Blair, expresó su pésame a los familiares de las víctimas, según un portavoz de Downing Street.