La OTAN admitió ayer por boca de su secretario general, Javier Solana, que el bombardeo de la embajada de China en Belgrado fue un «trágico error», pero dijo que los ataques contra objetivos militares yugoslavos continuarán.
Solana explicó que el Consejo Atlántico, reunido en Bruselas para examinar la situación creada después de ese fatídico error, que costó la vida al menos a cuatro ciudadanos chinos, reiteró que sus objetivos son únicamente militares y que analizará las circunstancias en las que sucedió el ataque.
La Alianza aseguró que no tiene todavía los detalles de por qué se produjo la confusión y que no existen tampoco pruebas de que los servicios de información de la OTAN hayan podido ser guiados al error deliberadamente e inducidos a atacar un objetivo civil en lugar de otro militar.
El portavoz militar de la Alianza, el general alemán Walter Jertz, desmintió que la OTAN diseñe sus estrategias militares sobre planos anticuados o con errores cuando se le preguntó si es que sus responsables desconocían la localización exacta de la embajada.
Jertz admitió que fueron «más de uno» los misiles que impactaron en la legación diplomática china y confirmó que se trató de «armas inteligentes» las que fueron empleadas en esa ocasión, a diferencia de las utilizadas en la ciudad de Nis, del tipo «racimo», que estallan antes de impactar y son menos precisas.
La OTAN reconoció el error al tiempo que admitió que «es altamente probable» que una de las bombas arrojadas el viernes por sus aviones durante el ataque contra el aeropuerto de Nis se haya podido desviar «y alcanzar edificios civiles».
Solana aludió a la vía diplomática de solución al conflicto y
dijo que «sigue abierta y está en movimiento» a pesar de la
equivocación de la Alianza.
Los representantes de la OTAN insistieron en que el error no debía
ocultar los éxitos de la última campaña nocturna, en la que se
alcanzaron otros objetivos, como el cuartel general del extremista
radical Arkan.
Por su parte, el Gobierno francés envió a las autoridades chinas un mensaje de pésame y Alemania aseguró que aunque la Alianza hace todo lo posible para evitar este tipo de hechos, éstos nunca pueden descartarse por completo.
El ministro de Exteriores británico, Robin Cook, lamentó el ataque y subrayó que continuarán los esfuerzos diplomáticos. Por último, el presidente estadounidense, Bill Clinton, lamentó el bombardeo «accidental» de la embajada de China en Belgrado por la OTAN y lo calificó de «trágico error».