La convocatoria de elecciones anticipadas que anunció ayer Pedro Sánchez es un giro de guión en toda regla, concretamente un vuelco sobre el vuelco. Además de enlazar una campaña con otra se cruza en los plazos del traspaso de poderes. Eso puede significar que varios gobiernos autonómicos no se constituyan hasta después de las elecciones generales. Dependerá mucho de la estrategia que adopte el partido de Santiago Abascal. Es posible que ese partido (pues la decisión será estatal y el líder de Vox intentará fijar una estrategia con Feijóo donde se repartan gobiernos, ayuntamientos y otras instituciones) se abstenga en comunidades donde sabe que el PP no le necesita para asumir la presidencia (el caso de Balears, donde Prohens tiene mayoría simple y precisará dos votaciones) pero pasadas las generales reclamará una revisión del acuerdo. Prohens, sin Vox, puede ser presidenta pero no tomar según que decisiones. Eso, por lo que se refiere al PP y a Vox. Pero la convocatoria electoral anticipada, también tiene consecuencias para los partidos de izquierda. La ejecutiva del PSIB asumió sin reparos la decisión de Sánchez. Es una oportunidad para que Armengol sea candidata, como lo fue Antich. Si Armengol optara al Congreso, algo que no está decidido, tendría que renunciar antes de que Prohens tomara posesión. No hay nada decidido. Salvo, giro de guión.
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