El mapa municipal que ofrece Mallorca en vistas a la legislatura en ciernes plantea un escenario en el que la mayoría de los consistorios no verán alterado su libro de ruta a nivel de gobernabilidad, aunque sí destaca el cambio en algunos espacios de gran peso a nivel demográfico y estratégico, como es el caso de Palma y Calvià, que se suman al viraje hacia la derecha del voto en Baleares en la cita del 28 de mayo, plasmado en el dominio que ejercerá el Partido Popular en los Consells Insulares, de la misma manera que en el Parlament y el Govern, supeditado en buena medida al apoyo de Vox.
La continuidad en los equipos y pactos de gobernabilidad es una tendencia mayoritaria en los 53 municipios que componen el arco isleño, uniéndose la única Entidad Local Menor, la de Palmanyola, en la que Som AVI-El PI conservará la alcaldía pedánea hasta 2027. No en vano, en poco más de dos de cada tres escenarios, se prevé que repetirán los alcaldes o los equipos de gobierno actuales, o incluso se desarrollarán pactos con nuevas fuerzas políticas que den continuidad a los actuales ediles. Así, se estima que en 36 de los consistorios (67'92%) no cambie el escenario actual, mientras que en cerca de una decena (8) se antoja inevitable un cambio de gobierno, a la par que la fórmula o el pacto de gobernabilidad está en el aire y resulta complejo en una cifra similar, nueve.
Palma o Calvià son dos de los casos más significativos. Allí, el PSOE verá caer alcaldías claves, aunque hay otros lugares en los que el viraje hacia la derecha de palpa, caso de Alcúdia o Marratxí, donde los populares dan un zarpazo para liderar los escrutinios y tener potestad de gobierno durante la próxima leguslatura. Tanto en Palma como en Calvià y Marratxí, las alianzas con Vox se antojan como la vía más rápida para los populares a la hora de hacerse con sus respectivas varas, un marco similar al de Alcúdia, donde el PP cuenta con margen para pactar.
Por contra, el PSOE se hace fuerte en Pollença, de la mano de Martí March, aunque deberá pactar con Més per Mallorca, como se plantea en Algaida también. Otras localidades como Búger o Mancor de la Vall verán nuevos rostros al frente de sus ayuntamientos. En el primer caso, Tot x Búger logra la mayoría absoluta, mientras que en la localidad ubicada al pie de la Serra el PP voltea la situación para desbancar a Més y hacerse con el control. En el Llevant, la alianza entre PP, Gent Costa-El PI y Unió Independent Carrionera situaría al popular Jaume Soler como primer edil para abrir una nueva etapa en esa localidad.
La norma general es la de la continuidad de la fuerza predominante o de la alianza de gobierno, fórmula en la que ganan peso formaciones como Més per Mallorca y El PI, además de partidos municipalistas. Al PSOE le queda una gran plaza, aunque deberá pactar para conservar Inca, donde Virgilio Moreno rozó la mayoría absoluta, al igual que en Artà, donde El PI puede ser otra vez la lleva de la gobernabilidad para Manolo Galán, al igual que en Felanitx para el PP, toda vez que la lista que encabeza Catalina Soler ha barrido, aunque a sus ocho regidores deberán añadir los dos de los regionalistas para repetir experiencia y mantener una plaza de prestigio en el mapa de Mallorca.
Los socialistas deberán sacar jugo a las negociaciones para seguir al frente en un feudo clásico como Lloseta, donde el PP ha tomado la delantera, aunque tienen opciones de pactar, al igual que en Son Servera y Capdepera, dos puntos marcados en rojo, pero en los que el auge del PP ha puesto en peligro su continuidad en las alcaldías, pendientes de alianzas. No les hará falta a los socialistas llegar a acuerdos en Puigpunyent, donde han logrado el triunfo más holgado (8 regidores). Lloret permite una entente con Endavant y en Santa Eugenia ha salvado la alcaldía, una posibilidad abierta en Sa Pobla, donde están obligados a repetir singladura junto a Més, El PI e Independents.
Otros escenarios invitan a alianzas que no alterarán la composición del mapa político. Es la situación de Muro, donde El PI y Convergència Democràtica Murera pueden habilitar ese pacto, tal y como Víctor Martí, que lidera Unió per Binissalem, ganadora destacada en la localidad de es Raiguer. En Consell, al PSOE únicamente le vale sumar junto a Som Consell para conservar la vara, maniobra que Més per Mallorca y PSOE deberán calcar para retener Montuïri, donde el PP ha sido la fuerza más votada. Al igual que Més, que sigue teniendo en Campanet un feudo fijo, aunque le tocará pactar para gobernar hasta 2027.
Pese a los múltiples escenarios que apuntan a continuidad, hay un buen puñado de municipios en los que las mayorías de los partidos predominantes no hacen imprescindible un acuerdo de gobernabilidad para conformar los consistorios. El PI se afianza en Costitx y Petra, al igual que retiene Banyalbufar, donde Leonor Bosch será su primera alcaldesa. Ariany es otra plaza regionalista, teniendo la opción de prolongar el mandato de Magdalena Perelló en Llubí, donde un pacto con Més, a quien le queda también Feina per Llubí, cerraría la alcaldía.
Hay escenarios en los que el dominio del Partido Popular es histórico, con mayorías abrumadoras como las de Alaró, Santanyí, Escorca, Campos, Estellencs, Selva o Sineu, recuperando por la puerta grande un ayuntamiento de gran relevancia como Andratx, donde Estefanía Gonzalvo podrá gobernar si necesidad de unir fuerzas con otros partidos, conservando además Maria de la Salut. Algo que no ocurrirá en Sóller, donde los populares tienen una amplia mayoría, pero necesitarían de fuerzas como 'Seny i Sentit' para cerrar el acuerdo de legislatura; o Ses Salines donde Som Ses Salines-Coalició Colònia de Sant Jordi o El PI tienen la llave del consistorio, donde el PP es la fuerza más fuerte.
El siempre complejo terreno de Llucmajor refuerza al Partido Popular, mejorando sus registros respecto a 2019, pero viéndose igualmente obligado a acercarse a Vox, Llibertat Llucmajor o s'Ull, la formación promovida por Joaquín Rabasco. Porreres es otra puerta que se abre, aunque pasaría por unir fuerzas con El PI. En un caso similar se encuentran en Bunyola, donde el PP dobla su presencia en el ayuntamiento y podría formar gobierno con la coaliciación Som AVI-El PI, aunque estos últimos no descartarían el diálogo con Esquerra Oberta, que ha encabezado el consistorio desde 2015.
No resulta fácil el escenario en Sencelles, donde El PI ha visto cómo el PP le daba caza, ambos con cuatro ediles, quedando todo pendiente de alianzas con el resto de fuerzas, que se reparten los tres restantes regidores: PSOE, Volem y Més per Mallorca. En Santa Margalida, los populares son los más votados y tienen la opción de unir fuerzas con la Convergència de Joan Monjo, que en caso de sumar con los socialistas dejaría en solitario al PP en la oposición.
Més per Mallorca se muestra solvente en algunos de sus municipios de referencia. Sin duda, Manacor es el gran estilete de los ecosoberanistas, que junto al PSOE mantendrían uno de los grandes muncipios de la Isla de la mano de Miquel Oliver y su equipo. Esporles no falla y allí Josep Ferrà dará continuidad a cuatro años más de gobernabilidad. Santa María es otra plaza en la que Més confía en retener a Colau Canyelles, siendo de nuevo los más votados y pendientes de unirse a los socialistas para extender su línea de trabajo hasta 2027. También deberán llegar a acuerdos en Sant Joan, donde Més es la fuerza más notable, y seguiría el mismo camino que en Santa María, con el PSOE como gran aliado.
Sin discusión, la Agrupació Deià repetirá en el municipio de la Serra, al igual que el GIV en Valldemossa, donde supera al resto de fuerzas, mientras que el Partit per al Poble supera por la mínima (6-5) a la Assemblea per Vilafranca y Montserrat Rosselló ocupará la alcaldía cuatro años más, al igual que Xisco Marroig, que ha hecho más fuertes a los Independents de Fornalutx frente al PP (5-2).