Cuatro años después, sólo dos de los seis candidatos que se presentaron a las pasadas elecciones, repiten. La actual alcaldesa, Xisca Porquer, y el líder de la formación que aglutina a las izquierdas a excepción de Més, Paco Blasco. Está por ver si el cambio de caras generalizado en el municipio puede cambiar algo la situación aunque la hegemonía popular parece difícil de desbancar en el municipio del Migjorn.
Además, por la izquierda, Blasco tiene la difícil tarea de mantener los casi mil votos que obtuvo frente al renovado Més, que después de su cambio en mitad de legislatura puede arrebatarle algunos votos a Endavant Campos. Anabel Riveras está a la cabeza de la formación después del abandono de Maria Magdalena Lladó y está haciendo una oposición visible que puede hacerle recuperar los votos que perdió en 2019 y volver a ocupar, por lo menos, el liderazgo de la izquierda que tenía en 2015.
Por la derecha, la desaparición de Ciudadanos puede hacer que los pocos votos que obtuvo la formación naranja se vayan a la lista de la actual alcaldesa lo que le permitiría revalidar aún con más apoyo su mayoría absoluta. También existe la posibilidad de que algunos de estos votos sean para Vox, que en 2019 consiguió un regidor pero no parece vayan a ser suficientes para que Porquer los necesite para gobernar.
En el limbo queda la unión del Pi con Sentit Comú a Campos que encabeza el ex edil de Més, Jaume Adrover. Adrover abandonó las filas del partido ecosoberanista a mitad de legislatura pero no su acta de regidor y ha estado estos cuatro años ejerciendo en el grupo mixto. Intentará recoger los votos de los indecisos y, por lo menos, mantener el regidor que consiguió el Pi en los pasados comicios. La hegemonía popular parece no tener competencia y solo una gran sorpresa podría cambiar el panorama político local.