Catering S’Olivera es la empresa encargada de los comedores escolares de la isla de Eivissa, por lo que bajo su responsabilidad está la alimentación diaria de 2.200 niños. Una aventura empresarial que empezó en 2006 de la mano de Miquel Escandell Tur, histórico propietario del Restaurante Can Gall, y Vicent Marí Ribas, uno de los maîtres más conocidos de la isla. «Se juntaron para cubrir una demanda social del momento, ya que por cuestiones de conciliación familiar surgió la necesidad de dar servicio a los comedores escolares. Empezaron en la cocina del CEIP S’Olivera, por eso nos llamamos así», explica Pilar Escandell, hija de Miquel que desde 2009 es la gerente del Catering S’Olivera además de una de los tres socios de la empresa.
«Empezaron con 40 alumnos: 20 de s’Olivera y 20 del CEIP Venda d’Arabí, donde mi madre era la directora. Ella fue la motivadora de coger el servicio porque, en aquel momento, nadie quería dar de comer en Eivissa por 4 euros», añade Pilar. «Este servicio es muy honesto porque requiere de un precio muy justo para dar una calidad muy alta», insiste. De hecho, la gerente de Catering S’Olivera destaca que han mantenido los mismos precios desde 2006. «Cobramos entre 6,50 y 7 euros desde 2006 gracias a que hemos podido coger más colegios. No solo les damos de comer sino que nos encargamos de los niños durante dos horas. La comida son entre 4 y 5 euros, más después los monitores para cuidar de ellos», asegura Pilar Escandell. «Somos responsables de lo más importante que hay para unos padres y el precio tiene que ser razonable para que todos puedan llegar a él», sostiene.
Los comedores escolares suponen el 80% del negocio del Catering S’Olivera. «Mantener este nivel de exigencia en Eivissa es muy difícil, pero estamos especializados en ofrecer calidad a un precio muy ajustado. Es lo que nos gusta, nuestra esencia y lo que venimos haciendo toda la vida», sostiene Escandell.
NEGOCIO. Pilar Escandell tiene claro cuáles son las bases sobre las que se asienta su negocio: cuidado del entorno, respeto al trabajador y honestidad con el cliente. En el primer caso, S’Olivera apuesta por el producto local y ecológico además de potenciar el reciclaje y la utilización de vehículos eléctricos. En cuanto a sus trabajadores, Escandell considera que «tienen que estar en el mismo plano que los clientes, ni por debajo ni por encima». «Trabajamos mucho la conciliación familiar, las necesidades puntuales de cada personas. Somos muy piña y tenemos un equipazo que todos hacen de todo: cuando faltan monitores sale gente de oficina o si faltan repartidores sale gente de cocina», explica la gerente del Catering S’Olivera.
Sobre las relaciones con los clientes, Pilar Escandell apuesta por ser transparentes, «reconocemos nuestros errores y trabajamos para humanizar las relaciones, que sepan que detrás del servicio que se presta hay personas». Escandell, que cuenta con formación en Dirección Hotelera Internacional, llegó con apenas 25 años a la dirección del Catering S’Olivera. Ella es una de los tres socios con los que cuenta la empresa a partes iguales. Los otros dos son los fundadores de S’Olivera: Vicent Marí y Miquel Escandell. «Cuando llegué en 2009 mi padre pronto se jubiló, mientras que Vicent se quedó como jefe de cocina de S’Olivera. Él se jubiló hace dos años pero, a diferencia de mi padre, él disfruta estando aquí. Es de aquellos trabajadores que ya no quedan, que trabajaban 15 y 16 horas diarias. Es muy buena persona», destaca Pilar.
En 2018, Catering S’Olivera inauguró sus actuales instalaciones en el Polígono de Can Negre después de estar trabajando en una cocina industrial en la zona del matadero insular. «Ya no se habla de ello, pero muchas empresas seguimos endeudadas después del covid. Yo cogí la empresa con 25 años y la idea de crecer, de expandirte y de tener éxito, además de la presión exterior, hizo que me dedicara única y exclusivamente a trabajar. Luego vino el covid, una multinacional se quedó todo el servicio de comedores escolares cuando acabábamos de comprar esta nave y tiró los precios por el suelo. A partir de allí, decidí frenar y que si yo me rompía no lo hiciera también la empresa», explica Pilar Escandell ya con otra visión del negocio con el paso de los años tras una transformación personal y vital. «Hice un paso atrás y me dedico mucho más a apoyar a la gente que trabaja en S’Olivera. Me motiva ver cómo crecen, ser el sostén del equipo y si pasa algo ya entro yo», asegura.
Pilar Escandell está al cargo de 148 trabajadores entre cocineros, repartidores, limpiadores, personal de oficinas, monitores de comedor y coordinadores. «Nos dimos cuenta que la gente nos echaba de menos cuando entró esta multinacional francesa, que vio la dificultad de trabajar en Eivissa, donde los camareros ya están cobrando en mayo y en octubre hasta 3.000 euros, y salió por patas. Para encontrar personal que trabaje con niños y les guste tienes que tener una red muy bien conectada, no es fácil», explica Pilar Escandell.
MENÚS. Catering S’Olivera cuenta con un nutricionista que elabora los menús diarios que se ofrecen en los centros educativos y que están validados por Salud Pública y la Conselleria d’Educació i Universitats. «Trabajamos con Agroeivissa y Ecofeixes, por lo que nos adaptamos a lo que hay aquí. Nuestros menús han evolucionado y la proteína animal antes era la protagonista y ahora estamos pasando a la proteína vegetal para tener más equilibrio», destaca Escandell.
La gerente de S’Olivera admite que «me gustaría hacer más cosas de las que hago, pero aún hay gente que no está preparada». Escandell recuerda las críticas de muchos padres a la lasaña de zanahoria que introdujeron años atrás. «Nos costó una oleada de quejas, pero ahora los niños la rechupetean». No quitaría toda la carne, pero hicimos una lasaña de zanahoria. Pilar Escandell señala que su empresa es «muy consciente de los impactos que provocamos en el ambiente», por lo que apuestan por «una alimentación flexible pero reduciendo la proteína animal e introduciendo la vegetal. Las familias cada vez están más concienciadas».
También explica que S’Olivera cuenta con una persona que se dedica exclusivamente a elaborar las dietas especiales y alergias «en un cuarto con atmósfera controlada y termoselladora». Escandell asegura que le quita el sueño tener algún problema sanitario. «Soy una obsesiva de la salud pública y la seguridad alimentaria. Y este miedo nos hace ser muy exigentes porque somos conscientes de que hay un componente peligroso y que tratamos con bebés y niños pequeños», apunta la gerente de S’Olivera. La otra parte del negocio de este catering se dedica a eventos privados. «Estamos muy contentos con que, por ejemplo, los ayuntamientos piensen en S’Olivera cuando hablan de comida tradicional. Nosotros hacemos comida de ibicencos para los ibicencos».
En cuanto al problema del intrusismo, Pilar Escandell es de las que piensa que «mirar lo que hacen los demás no es productivo. Mientras yo pueda sobrevivir y pagar a mis trabajadores y yo estar bien y tranquila, a mí ya me va bien». Catering S’Olivera también se encarga ahora de alimentar a los jóvenes del Centro de Menores Pare Morey, tutelados por el Consell d’Eivissa, y participa en los programas de integración social Alter y SAIL.