Las aerolíneas ya están preparadas para despegar

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Una de las megatendencias (hay que distinguir entre capricho, moda, tendencia y megatendencia) más olvidadas por parte de las bolsas es la de los viajes y, más concretamente, el segmento de las aerolíneas. Los datos actuales de viajes ya reflejan continuación de un hábito muy fuerte, y acelerado por la COVID: la población está gastando cada vez más en experiencias. Viajar no solo es una experiencia en sí, que lo es, también va asociada a otras: ver conciertos (hemos visto lo que ha pasado en Madrid con Taylor Swift) o eventos deportivos como el histórico desplazamiento mallorquinista a Sevilla para la final de la Copa del Rey o, más recientemente, los viajes a la Eurocopa o lo que vendrá próximamente con los Juegos Olímpicos de París (el sector deporte en bolsa también merece un análisis pormenorizado en momentos así).

Es de perogrullo, pero, evidentemente, para viajar se necesita un avión, aunque es cierto que la sostenibilidad gana enteros entre los viajeros y es un reto para las aerolíneas a medio-largo plazo. De ahí la necesidad de optimizar combustible renovable (la finesa Neste, que también cotiza en bolsa, es líder en el sector). Esta semana se han publicado datos de viajeros de junio y la mayoría de aeropuertos han batido records históricos, y España no es una excepción. Así, la evolución del primer semestre de 2024 ha sido extraordinario para Aena, siendo, por este orden, Ryanair, Iberia, Vueling, EasyJet, Air Europa, Jet2.com, TUI, Eurowings y Wizz las aerolíneas que más pasajeros han aportado y, además, con importantes incrementos respecto al año pasado. Sin embargo, la bolsa no refleja los records de estas compañías o de sus matrices (IAG para Iberia y Vueling y, tal vez, Air Europa; y Lufthansa para Eurowings). De hecho, tal como se puede apreciar en el gráfico, solo Ryanair cotiza por encima de niveles pre-COVID.

Podríamos concluir tres causas a esta mala evolución: (i) el mencionado incremento de viajes sostenibles; (ii) la subida del petróleo en los últimos años y (iii), la más importante, el crecimiento de deuda que provocó la COVID. Sin embargo, en la pandemia, también podemos extraer factores positivos para estas compañías: la más evidente es el incremento de las ganas de viajar, la tendencia ya era muy alcista en la década anterior, pero los confinamientos la ha incrementado.

Por otro, la concentración que ha provocado este entorno ha eliminado competencia convirtiendo a algunas en monopolios u oligopolios en algunos trayectos. Algo que se incrementará si se concreta la compra de Air Europa y de Ita Airways por parte de IAG y Lufthansa, respectivamente.

Otras ventajas contrarrestan las factores negativos: las caídas del petróleo son un hecho desde junio de 2022 (ha bajado más de un 30%) y las rebajas de tipo de interés mejorarán las cuentas y la caja de las compañías aéreas y, por tanto, aumentará su valoración.

Desde luego, son una parte de un sector en clara alza económica, como el turismo y experiencias pero hay más: hoteles, aeropuertos, agencias de viajes, cruceros, caravanas, campings, eventos e instalaciones deportivas… son otros subsectores donde diversificar que tienen buenas perspectivas.

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