La sede del Banco de España en Balears se encuentra en un histórico edificio en el número 16 de la calle Sant Bartomeu en el centro de Palma. Es un Bien de Interés Cultural con categoría de monumento desde 1994. La construcción de la edificación data de 1880 en un solar en el que antes había una sinagoga, que se convirtió en el oratorio cristiano de Sant Bartomeu en el año 1315. Posteriormente, en el siglo XVI hubo un convento de monjas de la Misericordia, que subsistió hasta la desamortización de Mendizábal de 1837. El convento quedó vacío y en 1871 el Banco Balear compró la finca con la idea de construir su sede central, si bien quedan algunos pequeños restos de la antigua edificación en el sótano. Ese mismo año se celebró un concurso, que ganó Miquel Rigo i Clar.
El arquitecto falleció en 1876 y fue sustituido por Eusebio Estada, que se encargó de finalizar los trabajos.
Las obras se iniciaron en 1873, pero el Banco Balear, que era un banco de emisión fundado en 1856, fue absorbido por el Banco de España en 1874. En aquella época, los bancos más importantes emitían sus propios billetes. El Decreto Ley de 19 de marzo de 1874 concedía al Banco de España el monopolio en la emisión de billetes en todo el territorio nacional. Fue así como el edificio, que se acabó en 1880, pasó a manos del Banco de España. Fue la primera sede y hasta el momento la única. La zona en la que se encuentra la sede era la ‘city' de Palma. Hoy, el edificio del Banco de España continúa operativo, aunque es evidente que con el paso de los años ha dejado de ser funcional y moderno. Un edificio moderno, situado en una calle de grandes dimensiones, con un sótano al que pudieran acceder los furgones de transporte de efectivo, sería más práctico. La sede del Banco de España en la calle Sant Bartomeu es la sucursal más antigua de España.
De hecho, el edificio es más antiguo que la sede central de Cibeles en Madrid. El edificio ha experimentado diversas modernizaciones y actualizaciones. La última restauración finalizó en el pasado 2023, una obra acurrada y minuciosa que se prolongó durante un año. Es un edificio eclético con predominio del carácter neogriego. Era habitual en muchos edificios de Palma construidos en la segunda mitad del siglo XIX. La fachada no parece de un banco, sino de un palacio renacentista del siglo XVI. Para la construcción se emplearon piedra de marés y la piedra de Santanyí, que se empleó para los elementos decorativos. El edificio cuenta con dos plantas superiores, que se encuentran en perfecto estado, pero que en estos momentos no se utilizan.