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Inflación, petróleo y Rusia: demasiado para las bolsas

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En esta sección, a principios de año se analizaban los factores que marcarían el devenir de las bolsas en 2022 y, por ejemplo, se hablaba de la inflación, pero también se mencionaba un «cisne negro». Se acababa ese artículo con el deseo que no fueran nuevas variantes más letales de la COVID, por la dramática pérdida de vidas humanas que conlleva. Pues bien, desgraciadamente el cisne negro también es una catástrofe humanitaria, tal vez la peor, como es una guerra.

Hablar de bolsa cuando se ven dramas así no es fácil, pero hay que hacerlo, y la invasión de Ucrania por parte de Rusia con el mes casi terminado ha servido para ahondar en las bajadas de febrero que ya eran acusadas por la inflación.

Todas las bolsas europeas han caído, aunque hay una que lo ha hecho de forma residual y ha cerrado el segundo mes marcando números verdes en cuanto a rentabilidad de 2022: el FTSE británico.
Por detrás, no muy alejado, sigue el IBEX que tras muchos años siendo el farolillo rojo de la clasificación de bolsas europeas (y mundiales) lleva un 2022 muy bueno, especialmente si lo comparamos con otras bolsas.

Su poco peso en tecnología y su importancia en valores cíclicos y defensivos lo han permitido. Aún así, hay que tener más cuidado, si cabe, porque esta rotación de sectores y de estilos de inversión se puede ver perjudicada si la invasión a Ucrania provoca un debilitamiento de la economía. De hecho, los últimos días de mes (y los primeros de marzo) así parece que está ocurriendo.

Viendo las mejores y peores acciones del selectivo español, se empieza a apreciar este hecho, siendo cierto que hay otros factores que han influido: la mejor cotizada ha sido la tecnológica Indra, con muchos movimientos corporativos en la mente de los inversores, y la peor ha sido la energética Nuturgy, siendo cierto que también motivado por operaciones de segregación de la compañía.
Curiosamente, el resto de Europa lo ha hecho mucho peor, de hecho el CAC francés (-4,90%), el MIB italiano (-5,20%), el EuroStoxx (-6%) o el DAX alemán (-6,5%) han sufrido los castigos más grandes.

En esta ocasión, Wall Street lo ha hecho mejor que Europa, en especial gracias al mejor comportamiento de la tecnología desde el inicio de la invasión; eso sí con caídas significativas del 3,1; 3,6 y 4,6% respectivamente en S&P, Dow Jones y Nasdaq.

Sin salir del continente americano, sorprende sobremanera la espectacular evolución del Bovespa brasileño que ha cerrado el mes (no hubo mercado ni 25 ni 28 de febrero) ganando un 0,9% con lo que acumula casi un 8% en 2022.

En Asia vemos otra de las excepciones a las bajadas: el Kospi coreano ha ganado un 1,3%, también favorecido por el peso en tecnología.

Por último, en el resto de Asia también hemos visto caídas, aunque inferiores a América y Europa: -1,8; -2,9 y -3% para el Nikkei japonés, el Hang Seng de Hong Kong y el Sensex indio.

Está claro que la situación es complicada para los inversores, que deberían aguantar la volatilidad y nerviosismo del momento para tomar decisiones de inversión objetivas acordes a su estrategia inicial, especialmente si son inversiones a largo plazo.

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