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La esencia de Eivissa en Ibosim

Carlos Guerrero y Óscar Enguita crearon la marca Ibosim hace casi cuatro años.

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Óscar Enguita y Carlos Guerrero son unos apasionados del mundo de la cerveza. Ambos son ingenieros industriales y fueron compañeros en la Universidad Politécnica de Catalunya. Años más tarde volvieron a coincidir trabajando en la Cátedra Unesco de Cambio Climático en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y, en ese momento, se empezó a gestar la idea de crear Ibosim, una cerveza artesana cien por cien producida en Eivissa. “Nuestra pasión por la cerveza nació como un hobby ya que somos homebrewers, es decir, elaboradores caseros de cerveza. Poco a poco, nuestro interés por el mundo de la cerveza fue creciendo hasta el punto de que Óscar fundó una asociación para la promoción de la cultura que rodea a la cerveza artesana”, explica Carlos. La marca como tal fue creada hace casi cuatro años y en 2016 han abierto el primer obrador artesanal de cerveza en la isla, el Ibosim Brewhouse, ubicado en Port des Torrent, en Sant Josep.

“Es un concepto integral en el que ofrecemos la posibilidad de degustar las cervezas en el mismo obrador y también comer tapas basadas en el producto local y ecológico. Nuestra cocina la lleva Ruth, de la Cooperativa Integral Eivissa, que hace un trabajo fantástico al diseñar los más sorprendentes maridajes”, explican estos emprendedores. El Ibosim Brewhouse estuvo abierto hasta diciembre y volverá a abrir “con la llegada del buen tiempo”. En invierno, según señalan, es cuando elaboran la cerveza. Además de ofrecer la posibilidad de degustar allí mismo la variedad de cervezas artesanas también incorporan visitas guiadas a grupos para dar a conocer cómo se elabora este producto. A esto se suman las catas “con comida o cena incluidas”. “Solemos probar cinco cervezas que vienen acompañadas de cinco tapas especialmente diseñadas para maridar”, precisan.

ORÍGENES. Desde el principio tenían claro que sería una cerveza producida y elaborada cien por cien en Eivissa, por lo que querían que así se reflejara en el nombre de la marca. De ahí que se decantaran por Ibosim: “Surge como homenaje al topónimo púnico de Eivissa, que significa ‘isla del dios Bes'. La imagen de Bes, que es rechoncho, con barba y dado a las diversiones más mundanas, nos pareció divertida y apropiada. Este año, el ilustrador Juanjo Ribas nos hizo una gran ilustración del dios Bes y lo plasmamos en unas camisetas para recordarnos el 2016”, explican.

La elaboración, según explican, es un proceso complejo que suele durar unos dos meses y que empieza por lo más importante: la selección de los ingredientes. En este sentido, utilizan productos de Eivissa, como las algarrobas, el romero o la naranja. “Ya llevamos unos cuantos años elaborando nuestra cerveza negra Garrova, que gusta mucho a los más cerveceros e incluso fue premiada en un concurso nacional. También hacemos una cerveza muy rural con romero y naranjas ibicencas. Para la utilización de cebada ibicenca lo tenemos un poco más complicado ya que no es posible usar el cereal sin maltear; necesitaríamos una maltería en la isla para poder hacerlo. Sí que tenemos en mente realidad una cerveza usando xeixa, una variedad de trigo tradicional de Balears”, explica Carlos. Una vez seleccionados los ingredientes (principalmente se usa agua, malta de cebada o de trigo, lúpulo, levadura y una dosis de tiempo), el siguiente paso es “crear una receta imaginando cómo será el resultado”.

Con la idea del resultado clara, se muelen los granos de cereal malteado y se meten en un tanque con agua caliente que tiene unas condiciones de temperatura muy concretas y del que emana el mosto “lleno de azúcares; este mosto ya tiene el color de la cerveza, que viene determinado por el grado de tueste de las maltas”. Este zumo o mosto se lleva a otro tanque en el que se hierve para esterilizar la mezcla. “Durante este proceso se añade lúpulo, en concreto flores hembra de la planta de lúpulo, que aportará el amargor de la cerveza, además de sabores y aromas afrutados, florales y resinosos, según las variedades utilizadas”. El siguiente paso es enfriar el mosto y meterlo en un depósito de fermentación junto con la levadura, “que es lo que realmente hace la cerveza, y ahí fermenta durante unas dos semanas generando el alcohol y el CO2”. Posteriormente, se embotellan en botellas o barriles y ahí se produce la segunda fermentación y un posterior proceso de maduración.

“Cabe destacar que, a diferencia de las cervezas industriales, nuestras cervezas no llevan ningún producto químico, ni conservantes, ni están pasteurizadas. Son cien por cien naturales”, precisan.

En la actualidad tienen una línea fija de cinco cervezas de diferentes estilos, por lo que permiten al consumidor “no iniciado”, según explican, descubrir sus preferencias “y al experimentado disfrutar de sus estilos favoritos y proponer maridajes para cada ocasión”. Estos dos empresarios elaboran cervezas basadas en diferentes estilos del mundo, como weeissbier, pale ale o porter “adaptándolos al clima mediterráneo”. Además, crean ediciones especiales y colaboran con otras marcas de cerveza artesana o productores de la isla, como por ejemplo Cafés Meke “con quien elaboramos una cerveza con café”.

NOVEDADES. Para este año tienen pensado añadir a la línea fija una cerveza “del estilo Indian Pale Ale, que será muy aromática y un poco más fuerte que nuestras cervezas habituales”, explican. Otra de las novedades que prevén para este año es iniciar colaboraciones con marcas artesanales europeas. El año pasado produjeron unos 20.000 litros de cerveza artesanal y para este ejercicio esperan llegar a 30.000 litros. A diferencia del año pasado, este año aumentarán la proporción de barriles “ya que ofreceremos a nuestros clientes poner Ibosim de tirador en sus bares”.

Entre sus clientes figuran bares, restaurantes y comercios, además de consumidores a nivel particular. “Los sitios a los que vendemos buscan un poco más de calidad y originalidad en lo que ofrecen a sus clientes”, apuntan. Por el momento, no se han planteado vender sus productos on line. “De momento somos más de offline. Ser nuestros propios distribuidores en un sitio pequeño como Eivissa nos permite trabajar sin intermediarios e incluso distribuimos cajas a casas de particulares cuando nos las piden”, aseguran. Aunque precisan que, a medida que el negocio crece, la distribución propia “va resultando más complicada”. “Estamos muy satisfechos.

La marca ya existía hace tres años, pero al haber abierto al público la Brewhouse estamos más en contacto con el cliente final y para nosotros es muy importante tener este feedback. Ha sido un trabajo muy duro el ponerlo todo en marcha y ahora que ya lo tenemos solo pensamos en el futuro”, aseguran. Por ello, en este 2017 quieren consolidar el proyecto, darse más a conocer entre la gente para que se sepa “que somos la única cerveza elaborada en Eivissa, que descubran el mundo de la cerveza artesanal y luego seguir desarrollando nuestra pasión: nuevas recetas y nuevos retos”.

Por el momento, la empresa cuenta con dos trabajadores a jornada completa, que son Carlos y Óscar, tiene un diseñador gráfico “que es Pau Kokura, que nos presta una ayuda esencial” y este año piensan ampliar la plantilla con una persona más. “La verdad es que el trabajo es mucho para los pocos que somos”, se sinceran ambos empresarios y amigos.

COMPETENCIA. Estos emprendedores tienen claro que no quieren competir con las marcas de cerveza más conocidas ya que se trata “de un producto muy diferente por las materias primas que utilizan y sus procesos orientados a maximizar el beneficio”. “Nosotros somos lo que el zumo de naranja recién exprimido es a la Fanta de Naranja. La gente tiene que ser curiosa, que se anime a probar y así poco a poco irán descubriendo un mundo lleno de matices, con más de 200 estilos de cervezas diferentes y unas combinaciones de materias primas y formas de producir casi infinitas”, explican. De hecho, una de las cosas que más les costó al principio del proyecto fue “explicar lo que hacíamos, qué era una cerveza artesana y por qué era un producto de calidad superior ya que en Eivissa, prácticamente, no existía la cultura de cerveza artesana”.

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