Mientras estudiaba su doctorado, Laura Camargo pudo vivir en carne propia, a través de las estancias que realizaba cada año en Norteamérica por cuestiones relativas a su tesis, la consolidación de los discursos que comenzaban a tomar forma en el país a raíz de los atentados del 11-S. En su ensayo Trumpismo discursivo. Origen y expansión del discurso de la ola reaccionaria global, publicado por editorial Verbum, la profesora de la Universitat de les Illes Balears y exdiputada del Parlament balear analiza los modos de la extrema derecha y su génesis. El libro se presentó este martes en Inca, en la librería Espirafocs. La autora estuvo arropada por Xisca Mir, regidora del Ayuntamiento de esta localidad.
El ataque terrorista contra las Torres Gemelas y la conmoción social posterior posibilitaron un discurso, por parte de los sectores más conservadores del partido republicano, generado a partir de unas coordenadas en las que destacaban elementos como el racismo y la islamofobia, junto a la confrontación nosotros-ellos, una idea que Trump extremó al inicio de su segundo mandato. «Me sorprendió cómo se manejaba ya por aquel entonces la idea del enemigo exterior y de la patria, ese sentimiento ultranacionalista salpicado de racismo. Esa mentalidad, que está muy condicionada por la idea de la unidad nacional xenófoba, fue el caldo de cultivo para el nuevo derrotero discursivo que usa ahora Trump», señala la también docente de la UIB.
Según la autora, el discurso del actual presidente norteamericano es el resultado extremado de esas fórmulas que ensayaron los halcones de la Casa Blanca, como Dick Cheney y Condoleezza Rice, el equipo que acompañó al presidente Bush en la justificación de la invasión y la guerra de Irak. «El discurso de ese momento supone ya una quiebra de los tópicos del propio partido republicano, extremando el mensaje. De alguna manera, Trump parte de ahí, pero va mucho más allá», destaca Camargo.
En el ensayo también se reflexiona sobre las maneras que tiene la extrema derecha de comunicar, a través de la utilización de los bulos y de un lenguaje maniqueo, basado en la polarización «nosotros y ellos». «Trump da un vuelco al discurso republicano clásico. El MAGA es, en la práctica, la ruptura con los tecnócratas y con el marketing político del Grand Old Party, la entrada del populismo de extrema derecha», señala, a la vez que añade como una de las principales diferencias entre los discursos de los halcones de Bush y el trumpismo, que los primeros al menos pretendían convencer sobre la necesidad «humanitaria» de sus acciones. «Era un discurso expansionista e imperialista, con mentiras como la de las armas de destrucción masiva, pero lo vendían bajo la retórica de la libertad y los derechos humanos. Con Trump se acabaron los eufemismos, se ha quitado la careta. Ahora dice que quiere Groenlandia, las tierras raras de Ucrania, o ser el Papa», señala la autora.
Camargo, que lleva profundizando en este tema desde la pandemia y es especialista en análisis de discurso, encontró elementos de unión entre el trumpismo y la extrema derecha europea, representada por Le Pen o Orban, en lo que califica como ola reaccionaria global. «No es el mismo estilo. Cada país y cada proyecto lo adapta. No es lo mismo Orbán que Meloni o Milei, pero comparten bases propias del discurso populista a la hora de proponer soluciones muy simples a problemas complejos», destaca la autora, que en el caso concreto de España afirma que VOX es el partido que adaptó las maneras de Trump. «Calcaron el discurso del MAGA. Uno de los eslóganes del partido es «Hacer España grande otra vez; se trata de la misma idea», afirma Camargo.