Hace quince años, en plena crisis económica, un grupo de actores formado en el Institut del Teatre de Barcelona se encontró con un panorama teatral «desolador». Tras el buen funcionamiento de un taller con el que crearon Feísima enfermedad y muy triste muerte de la reina Isabel I, La Calòrica consiguió sus primeros reconocimientos y, con ellos, financiación para seguir adelante. La compañía, formada por los mallorquines Esther López, Júlia Truyol y Joan Yago, además de Xavi Francés, Aitor Galisteo-Rocher y Marc Rius e Israel Solà, iba ensayando donde podía: centros cívicos, espacios okupados, garajes o los salones de sus propias casas.
«Siempre hemos sido conscientes de que teníamos que apañarnos con lo que tuviéramos disponible. La precariedad nunca nos ha parado. Cuando hemos ensayado en lugares más cómodos obviamente hemos estado mejor, porque nadie debería tener que crear en según qué condiciones, muertos de frío o de calor», recuerda López que junto a sus compañeros ha creado y protagonizada Sala Polivalent, la primera serie de La Calòrica. La ficción, producida por 3Cat con la colaboración de Filmax, se estrena este mismo lunes y consta de seis capítulos de veinte minutos cada uno.
Ensayos
Fue especialmente durante los primeros años que el equipo se fue encontrando, en cada ensayo, con los restos de las diferentes actividades que acogía el centro cívico. «Nos llamaba la atención cómo en una sala polivalente cabían, incluso el mismo día, talleres tan dispares y gente tan diferente, cómo convivía todo aquello. Es una metáfora ideal de lo que hoy no encontramos, en esta sociedad tan polarizada y con los ánimos tan crispados», explica.
De esta manera, a través de diferentes actividades que se llevan a cabo en esta sala polivalente, la serie aborda diferentes cuestiones, como la crianza, la maternidad o la colectividad. Una serie que, confiesa López, han rodado en un tiempo récord de diez días. «Ha sido una locura, hemos ido a un ritmo de día y medio por capítulo. En teatro, en cambio, nos podemos encerrar dos meses a ensayar la misma obra. Los tiempos en el audiovisual son muy diferentes, todo es más rápido e inmediato y lo hemos notado. Nuestra forma de trabajar es muy detallista, nos gusta prestar atención a las cosas, pero aquí hemos tenido que ceder porque si no no llegábamos. Por eso, de la idea original a la de ahora hay algunos reajustes, aunque estamos muy emocionados por el estreno. Es una serie rodada en diez días pero que llevábamos muchos años queriendo hacer», asegura.
Novedad
De hecho, la actriz avanza que en breve se volverán a ‘encerrar’, en este caso en el Teatre Lliure, para preparar lo que será el nuevo montaje de la compañía tras Le congrès ne marche pas: La brama del cérvol (una experiència única en un marc incomparable). Será la primera vez que La Calòrica llega a la sala principal del Lliure, la Fabià Puigserver, en un momento en el que además cumplen quince años de trayectoria. «Como Sala Polivalent, esta obra habla de la colectividad y, a la vez, es un canto de amor a nuestra profesión, el teatro. Todo sucede en un hotel de montaña de La Vall Fosca, donde hay una pareja que va a buscar la berrea del ciervo mientras se lleva a cabo un congreso de teatro político que se pregunta por si tiene sentido el teatro, si tiene impacto o realmente es útil para la sociedad. A la vez, unas chicas buscan una fiesta, una rave secreta que se celebra cada año. Al final, todas las tramas convergen en una. Es muy divertida. Volvemos a nuestras raíces calóricas multitrama con grandes dosis de humor», detalla. «Nos ha costado quince años entrar en la sala grande del Lliure, tenemos muchas ganas, pero también sentimos mucho respeto», añade. El estreno será el próximo 21 de mayo y las funciones se alargarán durante cinco semanas, hasta el 22 de junio.
vaya panda!