El artista Andrés Planas (Palma, 1957) jugaba de pequeño en la clínica propiedad de su familia, donde era habitual que encontrase fetos en formol o los desechos quirúrgicos que iban a parar a un pozo, algo que sería impensable hoy en día. Fruto de esa cotidianidad con la muerte presenta ahora La mirada limpia, una exposición que se inaugurará este sábado 7, a las 12:00 horas, en el Casal de Son Tugores de Alaró. La muestra ha contado con la coordinación de Patricia Estrada y está comisariada por el crítico Carlos Jover.
«No soy nada dramático. Nos tenemos que reír de la muerte para poder disfrutar de la vida. Si vives pensando que todo esto se acaba es durísimo, creo que lo mejor es ironizar. Sería horrible ser eterno», cuenta el propio Planas, a la vez que destaca que en las piezas se reflexiona sobre la idea del «memento mori» pero desde el memento vivere o, lo que es lo mismo, pensar en la muerte pero desde el goce de la vida y del instante.
En la muestra conviven obras recientes de abstracción geométrica elaboradas con colores vivos, y otras anteriores, marcadas por elementos y trazos expresionistas. Los cráneos son una constante en toda la muestra, en la que se exhibe un conjunto de esculturas de pequeño formato que funcionan como una metáfora de los apóstoles con Jesucristo. El creador mezcla, de esta manera, las citas latinas y la idea de la muerte que encontramos en los clásicos con la idea de la vida y la muerte del cristianismo. También están presentes diversos tótems repartidos en el espacio y coronados por cráneos, como recordatorio de la fugacidad de la vida. Llaman la atención dos que ocupan el centro de la sala y que están elaborados mediante gruesos libros apilados pintados en colores vivos.
Bibliofilia
En la exposición hay un apartado dedicado a la bibliofilia que muestra diversos libros de Planas, como los que el autor realizó con Juan Rabell, cirujano plástico que falleció en el año 2023 y amigo del artista, a quien va dedicado el catálogo de la muestra. «Creo que es interesante para entender la exposición la lectura del libro MediteCráneo, que elaboramos Juan y yo. Es una forma de juego, de reírse un poco de las imposiciones que sufrimos como sociedad o de lo férreo de algunas creencias religiosas», remarca el creador, a la vez que aclara que en la exposición «convive lo oscuro con lo luminoso», en referencia a los dos bloques estilísticos; el de la abstracción y el de las piezas expresionistas. La mirada limpia se completa con una lona de gran formato.
«Hay obras de diferentes tamaños. Estuvimos trabajando en el proceso de selección de piezas, ya que hay que ver si funcionan una con otras. Me gustaría destacar el papel de Patricia Estrada, que fue fundamental para la exposición», subraya Planas. La relación entre comisario y el artista viene precedida por el libro Andrés Planas, en la frontera de lo prohibido, que firma Jover. Está planteado en tres apartados: el hombre, el artista y la obra. De esa manera, el monográfico abunda en la faceta biográfica del autor así como también en las imágenes que componen su mundo estético y sus referentes.