Rapsusklei no es uno de los poetas más reconocidos de su generación porque en vez de escribir libros le dio por sacar discos. Diego Gil Fernández (Zaragoza, 1980), uno de los ‘mcs’ más representativos de la época dorada del rap en España, actuó el pasado sábado en el Selva Club de Palma. Unas horas antes, el autor de Bailando con lobos habló con Ultima Hora de su vida, su obra y varios temas sociales de actualidad que rodean el mundo del hip-hop.
Desde sus primeras maquetas, ¿el uso de elementos poéticos fue pensado o salió de manera natural y después lo potenció durante su carrera?
Más lo segundo. Fue sin querer. Siempre me ha atraído lo poético y como soy una persona un poco melancólica empecé a rebuscar en la fonética, que es una cosa importante para mí. Ese fue un poco el desencadenante. Yo soy una persona de barrio, no tengo unos estudios… No acabé el colegio. Sí que he sido una persona que se ha criado escuchando las historias de la gente mayor y a la que le gusta aprender. También me obsesioné con las métricas… Antes era un enfermo que escribía siete maquetas en un año y he investigado mucho todo esto. Te puedo hacer algo métricamente perfecto pero la poesía libre como que me llena más.
¿Ha cambiado mucho su manera de escribir con los años?
Sí, la verdad es que sí. Es una evolución, simplemente. No es que haya cambiado la esencia, pero ya no tengo 22 años. Antes fumaba y era un torbellino de ideas que volaban para todos lados y creaba mucho. Era muy salvaje a la hora de escribir. La vida me cambió, empecé a escribir menos, pero también empecé a ser más feliz. Tenía muchas depresiones, lo he pasado muy mal, pero dejé todo y la vida me empezó a sonreír un poco. Vivía.
¿Qué relación tiene con la marihuana a día de hoy?
Ya no fumo, solo CBD de vez en cuando. Lo dejé hace años porque había fumado demasiado y no aportaba nada a mi vida. En el pasado me he quedado en blanco, eso de que no sabes qué decir, te da vergüenza todo. Era muy tímido. Pero si me lo fumaba a solas era una zona segura y creaba a tope.
¿Ese cambio coincidió con cuando se cortó las rastas?
No, los dreads fueron en 2014, justo hace diez años. Me las corté porque sí y dejé de fumar en 2008, más o menos. Estaba un poco hasta la polla de ser el rapero de las rastas y de que todo el mundo las llevara por moda. Yo nunca he seguido la filosofía rastafari ni sigo ninguna religión. No me gusta regirme por lo que diga nadie, pero siempre me ha gustado la música de Jamaica. Algo me dijo que era el momento, mi vida había cambiado.
¿Un rapero deber ser de izquierdas o, por lo menos, no ser de derechas?
Sí, yo creo que sí. No puedes ser rapero y ser de derechas, tío. No puedes. El rap viene de los negros del Bronx y empezó para unirlos y que no se mataran los unos con los otros. Hay punk nazi, pero tampoco tiene mucho sentido. Son cosas que no comulgan y en España siempre ha sido reivindicativo y antifascista.
¿Qué opina del caso de Ayax y Prok, los raperos acusados de abusar de varias mujeres?
Me parece muy mal. Obviamente, hasta que no salga una denuncia real no podemos decir nada. Yo no he puesto nada en redes y soy bastante frontal en estos temas. Hablo de Palestina e incluso de Venezuela cuando la gente de izquierdas no tiene huevos a decir nada porque se supone que es izquierda, pero eso es malo para la izquierda. En verdad estoy hasta las narices de política. De políticos, mejor dicho. ¿Si tiene pinta de que es verdad? Pues sí. Es verdad que son muchas las denuncias, pero imagina que es un enemigo que se lo ha inventado para joderlos. Le puedes joder la carrera y la vida. He coincidido alguna vez con ellos. ‘Hola, ¿que tal?’ y poco más. No puedo juzgar. Obviamente, si es verdad son unos mierdas. Si es así, pero yo eso no lo puedo saber. El día que salga se verá.
¿Próximos proyectos?
No paro. Estoy con un disco de unos ocho temas con unos venezolanos. Hay colaboraciones de Aldo, Sharif… Eso por un lado. Luego un EP a medio hacer con Hazhe, otro con Sharif y luego me molaría hacer uno con Aldo y otro con Green Valley. Estos dos últimos no se sabe, pero los otros sí que están en camino.