El buen trabajo, pero también el azar son factores que contribuyen al surgimiento de nuevos proyectos. Es el caso también del estreno de Bernat Quetglas (sa Cabaneta, 1993) con la Orquesta Sinfónica Nacional del Perú. El director mallorquín ya había trabajado en Lima en dos ocasiones, pero siempre llevando la batuta de la Filarmónica. Ahora, Quetglas debuta con la Sinfónica Nacional, la «orquesta de referencia de Perú».
La propuesta, recuerda, surgió cuando la Orquestra de Cambra necesitaba un trompetista para un concierto. Fue así como Quetglas dio con Enrique García, músico peruano afincado en la Isla. «Me propuso ir a trabajar a Perú y allí me estrené en 2022 con la Filarmónica, que dirigí también en un concierto al año siguiente», cuenta Quetglas, que parte este mismo sábado hacia el país inca con «respeto e ilusión». De hecho, el mes que viene volverá a Perú para trabajar de nuevo con la Filarmónica.
El concierto, que se celebrará el 22 de noviembre en el Teatro Nacional, constará de tres piezas: Apertura Trágica, de Johannes Brahms; Concierto para trompeta, de Antonio Gervasoni y Sinfonía núm. 7, de Antonín Dvorák. «Es un repertorio muy potente, pues esta última pieza, conocida popularmente como la ‘trágica’, tiene un carácter muy dramático, que contrasta con sus obras más festivas», explica. Por ello, «enlaza muy bien con la Apertura Trágica de Brahms, romántica en el sentido de que profundiza en los sentimientos y emociones». «Como contrapunto a tanto dramatismo, interpretaremos la obra de Gervasoni, compositor peruano que estrenó esta pieza en Chile pero que ahora por primera vez se podrá escuchar en Perú y que interpretará el trompetista solista Franco Carranza. Se trata de una obra que conmemora la independencia de Perú y, por tanto, tiene un carácter más triunfal, con ritmos que beben de la música popular y tradicional del país. Algo que recuerda a Dvorák, que también se inspira en el folklore», detalla. En definitiva, «será un concierto de folklore trágico, con una profundidad y dramatismo que el folklore no suele tener».
Orquestra de Cambra
Paralelamente, Quetglas está preparando la nueva temporada que realizará la Orquestra de Cambra de Mallorca, formación que dirige y que fundó en 2017, en el Teatre Principal d'Inca. «Será la mejor temporada a nivel artístico que la Orquestra haya presentado jamás», asegura. Sin embargo, Quetglas lamenta que tienen que hacer frente a «dificultades en el aspecto económico y logístico, aunque en este último aspecto vamos mejorando».
En este sentido, reconoce que el poder contar con el Principal d’Inca a nivel de infraestructura les facilita el funcionamiento, aunque necesitan más recursos para poder seguir el camino de la «profesionalización» de la orquesta. «No tenemos instrumentos de percusión propios; los instrumentos son caros y los músicos deben cobrar un sueldo digno», lamenta. «Hasta ahora hemos recibido el apoyo del Ajuntament d’Inca y también de las instituciones públicas, pero han sido cantidades mínimas teniendo en cuenta nuestras necesidades. En estos momentos estamos en conversaciones tanto con el Consell como con el Govern para poder contar con más apoyo, algo que parece que se materializará de cara a 2026», avanza.
«A nivel musical, la Orquestra de Cambra ya es una orquesta profesional, también en cuanto al público. Si tenemos en cuenta que la clásica, junto con el jazz, es un género musical minoritario y se considera que un 60 % de público ya es motivo de celebración, nosotros en Inca alcanzamos el 82 %. El año pasado, en los cinco conciertos que realizamos, tuvimos un total de 2.500 espectadores, eso quiere decir que a menudo llenamos el Principal d’Inca, que tiene 500 plazas», detalla.
Sobre este éxito cosechado, Quetglas valora que han sabido ofrecer «una imagen más actual y moderna de la música clásica». «Los músicos de clásica hemos recibido una educación más disciplinada, un valor que ahora no está de moda pero que también es muy necesario. Con todo, es cierto que es importante que el público note que los músicos se lo pasan bien tocando, dejándose llevar, sin tanta liturgia de por medio», razona. Por ello, la Orquestra de Cambra ya está trabajando en algunas propuestas, como incluir juegos de luces en sus conciertos, para mejorar la «experiencia y ambientación», así como instalando pantallas para que los espectadores que estén más alejados del escenario puedan contemplar la expresión de los músicos».