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CINE

Arly jover: «Hay un cambio en la industria: ahora hay más papeles importantes para mujeres»

La actriz, que debutó en el cine en ‘Blade’, estrenará el año que viene una cinta con Milla jovovich y Dave Bautista

La actriz española, muy vinculada a Mallorca, Arly Jover. | Yotam Sandak

| Palma |

Arly Jover (Melilla, 1971) debutó en el cine hace 25 años y lo hizo por todo lo alto en la primera cinta del universo de Marvel: Blade. Allí, Jover, que está muy vinculada a Mallorca, interpretó a una villana, Mercury, y ahora regresa al papel de mala en la nueva cinta de Paul W.S. Anderson, In the lost lands, cuyo estreno se espera para el año próximo y donde comparte reparto con MillaJovovich y Dave Bautista.

¿Cuál es su vínculo con Mallorca?
—Mi familia y yo nos mudamos cuando 11 años y viví allí hasta los 14, que me fui a Madrid, donde estudié ballet. A los 15 me fui a Nueva York, pero mi familia se quedó en Mallorca y siempre volvía de vacaciones, en verano y Navidad. En la pandemia, de hecho, estuve allí tres años, y es un sitio genial. La mayor parte de mi familia sigue allí aunque yo me he vuelto a Madrid.

In the lost lands es una de esas cintas algo malditas que llevan años y años para hacerse, ¿qué puede contar del filme?
—Se ha escrito mucho sobre esta película, algunas cosas ciertas y otras no. Mi participación empezó a los dos meses de empezar. Hubo varios guiones e ideas y, de hecho, el papel que interpreto, Ash, estaba escrito para un hombre, pero el director pensó que era más interesante que lo hiciera una mujer y, la verdad, yo también lo creo(risas).

¿Qué puede contar de Ash, su personaje en la cinta?
—Sin dar muchos detalles, puedo contar que hago de mala y que me tuve que rapar la cabeza. Es algo que, para interpretar, te ayuda mucho, porque te metes más en el papel. No llevo casi maquillaje, pero verme rapada para interpretar va genial. Luego, en la vida real, es un poco más duro de llevar.

¿Y qué recuerda del rodaje?
—Fue genial. Rodamos en Cracovia, en unos estudios que parecen de otra planeta. Es una pasada de sitio a una hora de Cracovia que está pensado para películas futuristas y todo parece como si fuera una nave. Aparte de esto, rodar con Paul (el director) fue genial, es una persona superagradable que sabe lo que quiera. Y con Milla y Dave muy bien también, son un cielo todos.

Por otro lado, la historia adapta un relato de George R. R. Martin, ¿le da eso un empujón más?
—No tuve la suerte de leer la historia original, pero ha habido cambios aunque todo supervisado por él. En cualquier caso, estas cosas no sabes nunca cómo van a funcionar. Soy fan de Juego de Tronos, pero por mucho que esperes que a la gente le interese por mil razones luego es un misterio. Llevo 25 años haciendo cine y lo sé perfectamente.

Echando un poco la vista atrás, han pasado 25 años de su debut en Blade, ¿cómo lo recuerda?
Blade lo considero mi primer amor. Pasan los años y puedes enamorarte 50 veces, pero ese primer flechazo no se olvida. Fue un rodaje divertidísimo, los compis nos lo pasamos genial, y hacer de vampira durante tres meses, imagínate. Tiene un espacio especial en mi corazón por ser mi primer paso en el cine.

A partir de ahí parecía que todo iría como la seda, pero su carrera dio un vuelvo, ¿qué ocurrió?
—Fueron circunstancias extrañas. Parecía que mi carrera iba a tope, pero ocurrió la Guerra de Irak, las mentiras de EEUU, yo tenía una Green Card, pero no podía votar. Me pareció una locura también la posición de personas a mi alrededor dispuestas a olvidarse de ciertos derechos por un sentimiento de seguridad, y me fui. Era 2003 y ahora esa locura está pasando otra vez, pero cuando yo me fui me pareció insoportable vivir allí como europea. No quería que utilizasen mis impuestos para una guerra en la que no creía. No tuvo nada que ver con el cine.

No fue una decisión fácil.
—No lo fue, pero lo que estaba pasando me pesaba mucho en el día a día. Había bombardeos, los supermercados se vaciaban, ibas a una audición y te miraban con un espejo debajo del coche. Era un ambiente de miedo que parecía infundado. Es como esa frase de que con miedo se controla a la gente. Fue un palo en mi carrera porque estaba dando un subidón, pero me pareció lo correcto y nunca sabré si fue un error o no.

¿En qué punto se encuentra su carrera ahora?
—Siento que tengo un relanzamiento. Ha habido varios palos, tanto personales como laborales como la huelga o la pandemia, y nunca sabes qué puertas se van a abrir. Parece que todo va genial y luego sequía total, pero ahora estoy con una agente en España, que es la primera vez en años que lo hago, y estoy supercontenta.

Por otro lado, ¿cómo ve la industria para las mujeres?
—He notado un cambio en que antes era más fácil encontrar grandes papeles seguidos para hombres, con historias y cosas que contar, pero para las mujeres había poca cosa. Siempre eras la mujer de, la madre de, y muchas veces un mueble que podría ni estar. Ahora hay un cambio, hay más papeles y no solo para mujeres jóvenes, sino para más maduras. No sé a qué se debe, pero es algo gigantesco.

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