Hay escritores que aborrecen los encargos, pues los toman por proyectos fríos, impersonales. Sin embargo, Pere Antoni Pons (Campanet, 1980) no solo no los aborrece, sino que en ellos ha encontrado una potentísima fuente de inspiración y, asegura. Prueba de ello es Caure del cavall. Una cartografia el canvi (Fragmenta Editorial), una obra que, reconoce, es «profundamente personal». El libro forma parte de la colección de ensayo Assaltar la Bíblia, con la que el sello catalán invita a diferentes autores a indagar en temas contemporáneos mediante una relectura de pasajes bíblicos célebres. En el caso del mallorquín, se ha propuesto el ambicioso reto de explorar el concepto de cambio a partir de la conversión de San Pablo. Lo presentará este miércoles, a las 19.00 horas en Quart Creixent, acompañado por Miquel Àngel Llauger.
Conversión
Pons cuenta que, de camino a Damasco, Saulo oyó la voz de Jesús y cayó del caballo. «Pasó de ser un perseguidor fanático, un exterminador de cristianos, a uno de los ideólogos y propagandista más importante del cristianismo», destaca. Con todo, el autor puntualiza que no quería que el libro tuviera una dimensión teológica. «Ya se ha estudiado a fondo la historia de San Pablo a lo largo de los 2000 años de historia, así que no podía aportar nada nuevo. Además, quería hablar de muchos tipos de cambios: íntimos, políticos, históricos, artísticos, culturales... Me pregunté qué quiere decir cambiar y, si es posible cambiar y qué queda igual cuando todo cambia», detalla Pons, quien a lo largo de las 80 páginas del ensayo entremezcla variedad de referencias y contextos. «Quería hablar de la Revolución Rusa, pero también de las rutinas conyugales; de Picasso, un artista que se reinventa cada tres años; así como cineastas neorrealistas italianos que en un momento dado hacen el mismo tipo de cine y luego hay una ruptura de la hegemonía y cada uno va por su lado», matiza.
Por otro lado, en el terreno personal, Pons confiesa que «me siento de todas las maneras y actitudes. Como decía Whitman en unos versos, sí, me contradigo, soy inmenso y contengo multitudes». «Soy una persona y un escritor que siempre está lleno de pulsiones contradictorias, ganas de vivir bifurcadas... Me gusta ir a la aventura y a la vez la rutina; la estabilidad, pero también cierta imprevisibilidad. Aunque sea contradictorio, todo cambia siempre y, al mismo tiempo, todo continúa siempre igual. Con esto vengo a decir que hay muchos cambios a todos los niveles, socioeconómicos, ético-morales..., pero todos, al fin y al cabo, dentro de un perímetro acotado de la naturaleza, de la condición humana y de la humanidad dentro de la historia», razona.