Pocas personas son profetas en su tierra. No es el caso de la cantante Conxa Buika, que cuenta con una sólida carrera que la llevó a pisar los escenarios más prestigiosos del mundo, como el Carnegie Hall, o a ganar un Grammy Latino por su álbum Niña de fuego. Su trabajo con Pedro Almodóvar, en La piel que habito, es por derecho propio uno de los momentos más estremecedores de la película.
Este sábado, la cantante actuará en la Torre de Canyamel, en Capdepera, en un concierto a beneficio de la Asociación Amigos del Tilloli, entidad que trabaja en proyectos humanitarios ligados a la infancia en esa zona de la India. De esta manera, la artista podrá celebrar con un concierto en la Isla la reciente concesión de la Medalla de Oro a las Bellas Artes, que le fue concedida por parte del Ministerio de Cultura.
El repertorio, según explicó la propia Buika antes del concierto, es siempre una incógnita para ella antes de subirse al escenario. «Me preparo algunos temas, pero un show está vivo y cambia constantemente. No se puede predecir cómo te sentirás ni qué sentimiento te moverá a interpretar una canción o otra», detalla la mallorquina, a la vez que aclara que ese dejarse llevar por la naturalidad del momento es positivo y hace que no puedas acomodarte. «Si eso pasa, si te acomodas, matas al tigre y al tigre hay que mantenerlo hambriento», señala una cantante que está en su mejor momento profesional y que ahora, recién pasada la cincuentena, siente una seguridad recién estrenada. «Pasados los cincuenta me di cuenta de que viví media vida creyendo que la diversión estaba alejada de la seriedad. Ahora me doy cuenta de que tomarse la vida en serio es divertido», señala la intérprete de éxitos como Mi niña Lola.
Sobre su regreso al espacio de la Torre de Canyamel para el recital benéfico, que fue el mismo que el de sus anteriores conciertos para la fundación, Buika señala que está orgullosa de apoyar a una entidad que «se preocupa por los demás y no se rinde, me gusta apoyar a aquellos que se comprometen, especialmente con la infancia», sostiene la artista mallorquina, a la vez que destaca la naturalidad de los isleños, pese a lo introvertido de su manera de actuar o sentir. «Fíjate que no acostumbro a ponerme nerviosa nunca. Para mí es una pérdida de tiempo y un gasto de energía. Pero cada vez que piso un escenario en la isla me pongo nerviosa. Mallorca impone mucho, los mallorquines tienen un nivel intelectual y musical excepcionalmente alto. Me costó mucho librarme del síndrome del impostor. Suelo ser tranquila, me gusta actuar, pero en la Isla es diferente. Aquí somos atletas de alto rendimiento. Es la tierra que me vio contar las primeras mentiras y acostarme con aquel que no tocaba», confiesa.
Reconocimiento
Respecto al reciente reconocimiento de la cantante en redes sociales, fruto de su aparición en programas televisivos, Buika le resta importancia a este hecho, y reconoce que pese a que le sorprende llamar la atención de los jóvenes, es «una tremenda responsabilidad, pero también explica mucho de las fuentes que les hacen beber. Eso significa que no se les está exponiendo a la información que toca ni a los grandes referentes. No tienen acceso a esos», agrega, a la vez que se muestra agradecida de estos reconocimientos, que son fruto de su aparición en el programa Operación Triunfo, en el que Buika fue una de las jurados estrella, ganándose la simpatía del público con sus comentarios sobre los concursantes.