Fue un flechazo de manual. Instantáneo. Su primer álbum cayó en mis manos aún humeante, recién salido del horno, en aquel remoto 1996. No tardé en descubrir que compartíamos infinidad de referencias (literarias, cinematográficas y demás poses pseudointelectuales), clichés juveniles (la eterna segunda piel de la timidez) y musicales (pop atemporal, algo melancólico, pero decididamente desenfadado y gratificante). De esa guisa lucía el universo vivaz con aires naïf de Belle & Sebastian. Entrevistamos a Richard Colburn, batería de este conjunto nacido en la fértil Glasgow, uno de los bastiones de la ‘nación alternativa', flanqueado desde un extremo por The Jesus & Mary Chain y desde el otro por Primal Scream. Late Developers es su última referencia discográfica, la presentarán el 15 de junio en el Mallorca Live Festival.
¿Qué idea hay tras Late developers?
En lo que respecta al título, se trata de envejecer y hacer lo que queremos hacer con esa perspectiva en mente. En cuanto al álbum en sí, es el compañero de ‘A bit of previous'. Cuando comencé a grabar canciones para ese álbum terminamos con muchas de las previstas y decidimos hacer dos álbumes.
Una veintena de álbumes y casi treinta años después, ¿cuál es el mayor reto para Belle & Sebastian hoy?
Seguir navegando a través de los cambios en la industria, especialmente en estos tiempos económicos. Siempre intentamos hacer las cosas interesantes y, con suerte, no repetirnos.
Son unos maestros del eslogan en la lírica pop, ¿resulta complejo incorporarlo a su proceso artístico?
No, somos una banda basada en canciones y nuestros compositores son influenciados por algunos de los grandes letristas de nuestro tiempo, las palabras realmente importan y eso se refleja en qué y cómo escriben.
Están reconocidos como una gran influencia para muchos artistas... ¿el elogio debilita o genera presión?
Es algo en lo que no pensamos. Normalmente nos concentramos en lo que estamos haciendo y siempre miramos hacia adelante.
¿No tiene miedo de ya haberlo expresado todo?
No. Cada día es un nuevo día con nuevas experiencias y capacidades humanas. Nuestra naturaleza consiste en expresar esas experiencias de una forma u otra.
¿Ha cambiado la perspectiva con que miran a su propio pasado?
No. Tenemos mucha visión de futuro en cuanto a la banda y nuestra música. Intentamos avanzar con las ideas tanto como sea posible, hacer las cosas lo más frescas posible. Siempre hemos tocado canciones de todo nuestro catálogo y las reproducimos como si hubieran sido escritas ayer. Personalmente, cuando toco canciones antiguas, pienso en ellas como ‘ahora' y no como ‘antes', cuando fueron grabados originalmente.
La leyenda dice que Morrissey pasó toda su juventud encerrado en su habitación con sus libros, ¿como fue la suya?
Definitivamente no como la de Morrissey.
Sin Belle & Sebastian, ¿qué habría sido de usted?
Creo que habría estado involucrado en la música de alguna manera. No tengo claro de qué, tal vez más del lado comercial.
Hay quien toma un avión para conocer el Salford Lads Club o el Glasgow que les inspiró, ¿qué siente ante esas fervientes demostraciones de amor?
Me encanta. Me encanta la historia, por eso cuando estoy en una ciudad diferente siempre busco edificios y lugares históricos, e intento leer sobre su historia para poder imaginar cosas del pasado. Supongo que es algo similar a lo que sucede con el Salford Lads Club.
¿La crítica musical afecta a la relación entre un artista y el público?
No tanto hoy en día, ya que no hay tantos periodistas influyentes como hace años. Cualquiera puede publicar una reseña. El efecto sigue ahí, pero no creo que sea tan fuerte.
¿Hay una falta de ideas en el pop actual?
¡Sí! Con casi 100.000 lanzamientos al día es inevitable. Todavía hay joyas, pero son un poco más difíciles de encontrar.
El protagonista de una novela de Nick Hornby le dice a un amigo: «Selecciona cuidadosamente la música que escuchas, algún día una canción podría salvarte la vida.» ¿Cuál fue la última canción que le salvó la vida?
Looking at the sun, de Matthew Sweet.
¿Cree que la felicidad está sobrevalorada?
No. Tal como está el mundo ahora, si llega algún momento de felicidad, agárralo con ambas manos y no lo dejes que escapar.