La vicepresidenta del Consell de Mallorca y responsable del área de Cultura i Patrimoni, Antònia Roca, desvela los detalles de los pasos que se van a tomar a partir de la semana próxima con el objetivo final de extraer el barco romano hundido en Ses Fontanelles y que está considerado como un hallazgo único por su estado de conservación y su carga, compuesta por cientos de ánforas muchas de las cuales selladas. Las labores incluyen labores de limpieza y preparación, la construcción de una réplica del navío para hundirla en un simulacro preparativo y, finalmente, los entresijos de la gran operación que sacará el barco a la luz tras unos 1.600 años sumergido.
El 2 de abril se llevará a cabo un «estudio arqueológico» para comprobar si se ha quedado alguna pieza en el barco que no fuera rescatada en las labores previas en las que se extrajeron ánforas, herramientas y hasta calzado. La intervención servirá para comprobar el estado de la quilla, la pieza central y en la que reposa el armazón de la nave. Es un operativo de gran envergadura con un equipo de unas 40 personas que involucra a la Armada, submarinistas de la Guardia Civil (GEAS), académicos y técnicos de diferentes administraciones del cual Roca destaca la «colaboración» habida entre todos.
Tras estas acciones arrancará el proyecto de extracción, que vendrá precedido por la construcción de una réplica de tamaño similar al derrelicto (12 metros de eslora y 6 de manga) con el objetivo de hundirla y extraerla de nuevo. El motivo de este simulacro es «que todo vaya bien» en el momento mismo de la extracción ya que, tal y como destaca la consellera, es «una cosa única» que ha generado una «expectación internacional», ya que no se conoce un caso así en todo el Mediterráneo y prácticamente en el mundo salvo contadas excepciones. Por ello, Roca está segura de que «la extracción del barco nos colocará en la primera división de la arqueología y nos pone en el foco mundial» por el estado mismo del navío, el valor de su carga y «lo que es capaz de decir de nosotros» historiográficamente.
Roca dio algunos detalles de la operación misma de extracción, que si todo acompaña tendrá lugar entre octubre y enero: «La propuesta escogida es levantar el barco entero a través de unos cabos que se colocarán por debajo y unos flotadores que irán de lado a lado». Para ello, se usarán máquinas succionadoras de arena que limpiarán y construirán una especie de canal que posibilitará colocarlo todo en su lugar. Comenta la consellera también que según los expertos el estado del navío es tan bueno que ni se contempla que algo pueda salir mal.
Exposición
Finalmente, un barco lo transportará medio sumergido hasta el Castillo de San Carlos, donde se construirá un estanque específico para albergarlo en un estado de desalinización controlada durante 18 meses en los que se podrá visitar de manera pública. Sobre este estanque, de hecho, la Comisión del Centro Histórico aprobó definitivamente ayer la solicitud del Consell para la construcción del tanque.
Ante todo lo dicho, no es de extrañar que Roca vea a nivel personal este proyecto como «uno de los más importantes de mi vida», además de la «responsabilidad» que siente desde su cargo político por que todo salga bien, por lo que «me quita algo de sueño» y lo considera un «gran reto» que asume desde la asunción de que «si lo dejamos en el olvido podríamos perder parte de nuestra historia».