La mente de Joan Punyet Miró (Palma, 1968), nieto del genio catalán, es como una montaña rusa de emociones, ideas y sensaciones, cualquier detalle que pueda parecer insignificante despierta en él una «iluminación». Algo así le ocurrió hace un año cuando visitó una exposición de Joan Mitchell, creadora de Estados Unidos perteneciente a la segunda generación del expresionismo abstracto, en la Fondation Louis Vuitton de París. Su obra le transportó a la obra en collage de «una gran amiga»: Antònia Font; artista, musicóloga, docente en el instituto de Campos y «amante del blues y la poesía», con un detalle importante: es la musa del conocido grupo mallorquín que lleva su nombre y que, casualmente, ofreció este miércoles un concierto en el Auditòrium.
Fruto de esa «iluminación» surge Antònia Font: Cartografies interiors, un «modesto» proyecto que aúna los inéditos collages de Antònia Font con la poesía de veinte voces de la poesía en catalán y música de la mano de Jaume Manresa, teclista de la popular banda. Una propuesta que irrumpe, además, en un momento en el que «hay que dar luz a la creación femenina», con una «visión de hacer de lo local algo universal», proyecta Punyet Miró.
Tras dar con la idea, el nieto de Miró le propuso el proyecto a Antònia Font y su respuesta, pese a ser «una mujer muy modesta y humilde», fue un rotundo ‘sí'. «Conozco a Antònia desde hace más de treinta años, es una mujer que nunca ha querido destacar en nada y le pedí por favor que había que llevar a cabo este proyecto, no podíamos dejar esos collages abandonados, es una mujer extremadamente culta, muy leída y con una obra muy interesante sobre lo misterioso, lo femenino, es muy introspectivo, algo que sale de su interior y es un error que no se de a conocer más allá de la banda de rock catalán».
En este sentido, los collages de Antònia Font «tienen relación con el mundo de los sueños, un mundo onírico muy personal, muy suyo, en sus obras da a alas a la imaginación. Están llenos de color y evocan partituras musicales, espacios de su infancia, poemas de Baudelaire o mundos cinematográficos».
La poesía y la música juegan un papel «importantísimo» en Antònia Font: Cartografies interiors, cuyo nombre es un homenaje al padre de Font, que era topógrafo y su trabajo «tuvo una gran influencia en su infancia y eso se cristaliza ahora en su obra». Así, Punyet Miró reunirá a veinte poetas del territorio de habla catalana, diez mujeres y diez hombres, que crearán un poema inédito para cada uno de los 20 collages que se expondrán en la muestra y que estarán escritos «a mano, de su puño y letra».
Otro papel destacado lo tendrá la música, que llegará precisamente gracias a una colaboración con Jaume Manresa. El autor compondrá cuatro canciones inspirándose en esos veinte poemas que arroparán los collages de la protagonista.
Un acto creativo que Punyet Miró recuerda a proyectos de artistas de habla catalana que musicaron a poetas, como es el caso de Raimon, que puso música a Espriu en Cançons De La Roda Del Temps (cuya portada ilustró Miró), o Maria del Mar Bonet, que hizo lo propio con los versos de Bartomeu Rosselló-Pòrcel y Joan Alcover.