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SERGIO DALMA

«Con la edad aprendes que no se puede contentar a todo el mundo»

El Auditòrium acogerá los días 16 y 17 de este mes la balada temperamental de Sergio Dalma

El cantante Sergio Dalma. | R.C.

| Palma |

Su idilio con el éxito es un ‘win to win', un contrato a prueba de bombas. Con millones de discos vendidos y un itinerario creativo que estrecha las orillas de la canción melódica, el pop y la balada, Sergio Dalma disfruta de una etapa tan creativa como liberadora. Plena. A escasos meses de alcanzar las sesenta primaveras es consciente de quien es, sabe que difícilmente va a cambiar, y le quedan pocas promesas por cumplir. El Auditòrium de Palma acogerá los próximos 16 y 17 de febrero la puesta de largo de su último LP, Sonríe porque estás en la foto, catorce luminarias en las que vuelve a deslizar las sílabas hasta fundirlas, con esa voz rasgada que implora reciprocidad. Todo ello envuelto en un sonido ochentero que se aleja de sus arrolladores inicios.

A lo largo de su carrera ha tocado varios palos, en Sonríe porque estás en la foto se escora hacia el sonido ochentas que barniza con su propio estilo. ¿Sergio Dalma huye de la monotonía?
Sí, totalmente, siempre he huido de mi zona de confort. Ser así muestra que soy un tipo inquieto. He redescubierto el sonido ochentas y ha sido muy divertido, les decía a los productores que se olvidaran de ese Sergio Dalma de Bailar pegados, buscaba otro sonido.

Aunque hay baladas y medios tiempos, las atmósferas de baile resumen su nuevo disco. Esa ‘joie de vivre' entronca con su actual momento vital?
Sí, es un momento muy vitalista, aunque el 28 de septiembre cuando cumpla los sesenta años igual te digo otra cosa… Me siento veterano, pero sigo con la mente abierta y ganas de experimentar.

Cuando encara un nuevo disco, ¿piensa ‘otro mas' o siente que parte de cero?
Siempre pienso como si fuera el primero o el último, porque tal y como están las cosas nunca se sabe qué puede pasar...

Durante mucho tiempo se le colgó una etiqueta de baladista melancólico que nada tiene que ver usted.
Exacto, fíjese que hubo quien incluso me preguntó ‘¿de verdad eres así de gris?' (risas).

Hay artistas que le cantan al desamor con apenas veinte años, ¿no habría que esperar a tener unas cuantas ‘heridas de guerra' para aventurarse en esos páramos…?
Ya… incluso hay artistas que hacen un greatest hits después de dos discos… Creo que cuando tienes más experiencia el escaparate para exponer cosas es mucho más amplio.

¿Alguna asignatura pendiente?
Estoy en un momento de mi vida que no me apetece tenerlas, en cuanto siento que algo lo es trato de sacármelo de encima rápido.

Hace diez años afirmó a este medio que la cultura estaba agonizando, ¿ya ha salido de la UVI o está a un paso de la extremaunción?
(Risas) A veces pasa que no quieren curarla, no quieren que se recupere. Las nuevas generaciones tendrán que luchar por mantenerla viva.

¿Ha pensado como será su vida el día que se apaguen los focos?
Cuando termino una gira desconecto tanto que al empezar otra pienso que no me acordaré de cantar… Pero supongo que tiene que ser muy complicado dejarlo, aunque llegará un momento en que desapareceré, y lo haré con la misma discreción con la que aparecí.

La pregunta puñetera: ¿En estos tiempos de corrección política hubiera triunfado un tema titulado Esa chica es mía?
Seguramente al recibirla la hubiera mirado de otra forma. Estamos en un momento delicado en el que todo se amplifica, hay que ir con cuidado.

¿Qué cosas mantiene en común con aquel chaval de 19 años que asomaba por los escenarios de Sabadell?
Yo diría que la ilusión, el rebelde gamberro. Cuando estoy de gira me gusta ir, como hacía entonces, en la furgoneta con los músicos y parar en los bares a hacer un vinito.

¿Dónde encuentra paz Sergio Dalma?
Con los años tienes que buscar esos lugares que te produzcan paz. Yo, después de 27 años viviendo en Madrid, he vuelto a casa, vivo en el Empordà, cerca de mis padres, me apetecía tranquilidad, volver a mis orígenes.

¿Cuáles han sido las lágrimas más dulces que ha derramado?
Cuando nació mi nieto fue una de las sensaciones más bonitas que he sentido.

¿Las redes sociales son una máscara o un aliado?
Son una putada, te digo la verdad. Antes enviaba un mensaje sin más, ahora hay que revisarlo todo, hay que ir con mucho cuidado. Pero con la edad aprendes que no se puede contentar a todo el mundo.

¿Qué aspectos de su vida aborda con disciplina soviética?
Mi privacidad, en ese sentido siempre trato de ser cauto y pasar desapercibido.

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