El Torneig de Dramatúrgia de les Illes Balears cumple una década. Este fin de semana se celebrarán en el Teatre Mar i Terra de Palma las dos semifinales y, el domingo 21, la gran final. La propuesta, dirigida por Produccions de Ferro, surgió como hermana del Torneig de Dramatúrgia Catalana, ideado por el autor, director y productor teatral Jordi Casasnovas (Vilafranca del Penedès, 1978), que celebró su primera edición en 2011. Este fin de semana participa en un encuentro con los representantes de los otros torneos de dramaturgia a nivel estatal.
Toni Gomila, director de Produccions de Ferro, insiste en que el Torneig no es tanto una competición como un acto festivo. ¿Está de acuerdo?
La idea surgió en broma, pero la propuse a Temporada Alta y la apoyó. En un sentido lúdico sí que es una competición, porque es divertido que el público pueda intervenir en la vida de un texto teatral y decir lo que piensa. Precisamente creo que ahí reside el éxito de estos torneos: que el público participe y sienta que cada autor o texto forma parte de su equipo y lo quiera defender. Esto hace que gente que no suele ir al teatro se enganche y disfrute. Y, por otra parte, anima a los autores a escribir un texto con ciertas limitaciones y a terminarlo.
Dice que surgió como una broma, ¿cómo fue?
En el contexto catalán había muy buen rollo entre los autores y pensé que sería interesante que nos picáramos un poco, como sucedía con los escritores que escriben mal unos de otros o en tiempos de Pitarra, que se hacían versiones criticando la original. La primera edición fue como de maestros contra alumnos, con dramaturgos consolidados y los que podrían ser sus discípulos.
Un autor y director teatral dijo hace poco en una entrevista que había una tendencia por parte de programadores de no apostar por propuestas arriesgadas y que el público no está muy dispuesto a dejarse sorprender. ¿Cómo lo ve?
Puede ser. Es necesario hacer un poco de autocrítica. A veces, desde la autoría, nos quedamos encerrados en una burbuja del creador y damos la espalda al público. No estoy a favor de hacer eso, pues hay que escuchar qué necesita o quiere el público. Y, a la vez, debemos ir rompiendo con el pensamiento de ese mismo público. Tampoco hay que ser apocalíptico ni imponer cosas que no tengan ganas de ver ni de escuchar, porque si no terminas con un teatro vacío. Ha de haber una corresponsabilidad entre creadores, programadores y espectadores. Es una progresión lenta, pero al final será el propio público el que pedirá cosas nuevas.
Uno de sus últimos proyectos es la dirección de Tocar mare, de la mallorquina Marta Barceló. ¿Qué tiene que tener un texto para que quiera dirigirlo?
Es un texto emocionante y divertido que además planteaba discursos complejos sobre las relaciones maternofiliales u otras maneras de relacionarse. Me atrapó enseguida porque ofrece nuevas maneras de ver el mundo. Me gustan las obras que generan preguntas tipo ‘¿y si?'. En este caso, ¿y si una relación entre dos mujeres pudiera ser de otra manera? Luego, ya en casa, reflexionaremos sobre cómo hubiéramos actuado. Y tenemos que conseguir que sea apasionante, sea una comedia o un drama, que entre al espectador por el estómago y no sea frío. Porque ya ha hecho un esfuerzo saliendo de casa para sentarse en la butaca del teatro, no podemos ofrecer simple entretenimiento como ocurre con las plataformas.
Está trabajando en una ficción documental titulada Protocol. ¿Qué puede avanzar sobre el proyecto?
Trata sobre los vergonzosos protocolos que se establecieron durante la primera ola de la COVID-10. Entre otros estaba el de prohibir la llegada de mayores de 75 años a los hospitales. Y todavía se celebran juicios al respecto. Ahora estoy recopilando material, tengo una parte escrita, pero estoy esperando un poco.
Hace un tiempo tenía en marcha un proyecto con Laura Gost que no llegó a cuajar. ¿Tiene algunos con participación mallorquina?
Laura tiene ideas brillantes, mucho humor y juegos de palabras muy interesantes, pero no se pudo levantar el proyecto. De momento no tengo nada con ningún mallorquín, però hay muchos actores y autores con los que me gustaría trabajar. Pero antes de dar nombres, primero tendría que comentárselo a ellos (risas).