El concepto de ventana al pasado se utiliza a menudo, puede que hasta abusemos de esa idea, pero en ocasiones es perfecto para describir algo y, en el caso del archivo de Tom Weedon, es así. Los cerca de 2.000 negativos y películas en 16 milímetros que forman su legado son un vistazo a una Mallorca que ya no existe desde un ojo curioso, con predilección por el costumbrismo. Y es tal su valor que no se ha limitado a permanecer en el Arxiu del So i de la Imatge de Mallorca, sino que ha dado el salto a un documental llamado Retrats des del paradís, cinta producida por La Perifèrica y dirigida por Joan Bonet que mañana, a partir de las 20.00 horas, se podrá ver en el CineCiutat de Palma.
Bonet, con la colaboración del Arxiu dirigido por Francesc Bonnín, han dado vida de nuevo a la historia de Weedon y su mujer, Veronica More, que formaban «un equipo» y que, a través del material gráfico de él, y las notas de ella para la parte narrativa, nutren la espina dorsal de la película. Para Bonet, que se muestra muy satisfecho con el resultado, «se trata de una historia costumbrista, pero muy emotiva, capaz de remover emociones».
Y es que la pareja tiene una historia curiosa de por sí: dos niños que vivieron la Primera Guerra Mundial, se conocieron combatiendo en la Segunda, ella como radioescucha en contraespionaje, y juntos visitan Mallora en el 56 para instalarse en ella al año siguiente. La Isla fue, para ellos, «un refugio, la posibilidad de aislarse, enamorarse de la tranquilidad y del paisaje».
Costumbres
A su vez, Weedon se centró mucho en las costumbres de la Isla, registrando «muchas profesiones que ya no existen del ámbito rural y artesanal» siendo «una mirada a los últimos vetigios de la Mallorca industrial pre-turística», una serie de documentos «que el tiempo nos ha arrebatado». Por ello, la cinta permite ver «lugares y costumbres irreconocibles hoy», y si no fuera porque Weedon murió joven, en el 59, «hubiera llegado a tener un archivo de Mallorca impagable», reconoce Bonet.
Por otro lado, Bonnín destaca la calidad de las instantáneas, de nivel profesional a pesar de que Weedon era «autodidacta», y todas tienen «un alto nivel de interés», aunque personalmente Bonnín destaca aquellas en las que aparece Robert Graves, de quien hay «retratos muy buenos», además de «las de arquitectura».
Bonnín destaca a su vez que «no busca la parte más social, sino lo pintoresco», con un gran interés de la «artesanía, la agricultura, los payeses» y todo ello retratado a través de una «calidad técnica y plástica muy sobresaliente». Son, en definitiva, «que destacaban mucho».
En el documental se habla con personas que tuvieron relación con la pareja, incluida su hija Cordelia, así como gente que conoció aVeronica, quien se retiró a Fornalutx donde vivió hasta su muerte, rondando los 90 años.
Mañana, en el CineCiutat, el trabajo de ambos durante aquellos años revive con Retrats des del paradís, el documental que a través de las palabras de ella y las imágenes de él permite un viaje a una Mallorca solo existente en la memoria, los recuerdos, los cuadros y, claro, las fotografías de quienes se enamoraron de ella.