Para triunfar primero hay que caer bien. Dicho esto, y más allá de las filias o fobias que despierte su música, hay que reconocer que David Bisbal –con o sin rizos– es un tipo genuino que encarna el triunfo de la humildad. Por eso cae bien. Y por eso consigue que el público lo reconozca como uno de los suyos. Esa cercanía es su punto fuerte, un carisma que triunfa porque huye de solemnidades e imposturas. Sobre el escenario suda la camiseta hasta la transparencia, se desgañita en los estribillos y nos obsequia con movimientos de pelvis imposibles. Son más de veinte años de una trayectoria en la que pocos creyeron de entrada, nacida a la sombra del talent show y alimentada a golpe de entusiasmo proletario. El ciclo Es Jardí (antiguo Aquapark de Calvià) acogerá este sábado, a las 22.00 horas, el inicio de la gira Me siento vivo, con la que el almeriense da el pistoletazo de salida a un verano movidito.
El repaso a sus temas más significativos forma el corpus del repertorio de la gira, pero... ¿habrá espacio para alguna sorpresa?
—En esta gira vamos a presentar un espectáculo completamente nuevo, con un repertorio que dará continuidad a estos 20 años de carrera, pero en el que también incorporaremos nuevos sonidos. Pero como es sorpresa, no puedo desvelar más hasta el sábado 17 de junio que arrancaremos la gira en Calviá Mallorca.
¿Para cuándo nuevo material?
—Precisamente acabamos de lanzar mi nuevo sencillo Ay, ay, ay, una bachata con aires flamencos y junto con el tema Ajedrez, que presentamos hace unos meses, forman parte del repertorio de mi próximo disco Me Siento Vivo y da nombre a la gira. Algo nuevo y diferente que estamos haciendo en esta gira es presentar las canciones que estarán dentro de nuestro proyecto Me siento vivo antes de que el propio disco salga a la luz y por lo tanto las personas conocerán las canciones antes de tiempo durante la gira.
Estando como está la industria musical, ¿cambian las expectativas a la hora de grabar un disco?
—Sin duda las expectativas cambian. El compromiso que siento hacia la música hace que me adapte a las tendencias musicales que se van generando. También he de decir que me gusta el buscar los nuevos sonidos y hacer trabajos diferentes a los anteriores que he ido presentando.
¿La autenticidad es lo más difícil de conservar?
—Creo que hay que mantener la esencia de uno mismo y poner el corazón y la pasión en todo lo que uno hace.
¿Qué balance hace de estos 20 años de carrera musical?
— Lo más bonito de estos 20 años es que no hemos parado de seguir estudiando y descubriendo matices vocales distintos, observando como la música no ha dejado de evolucionar constantemente cambiando de sonidos y de géneros musicales gracias a las tendencias. El repertorio después de 20 años te da la oportunidad de disfrutarlo muchísimo durante las giras porque va a creciendo con el tiempo.
¿Siente que los años le van inoculando el virus de la nostalgia?
—Mirar atrás da vértigo por lo rápido que pasa el tiempo.
¿Siente que ha alcanzado sus sueños de adolescente o todavía sigue soñando?
—Pues he cumplido muchos de mis sueños de niño adolescente pero todavía me quedan muchísimos más por cumplir. Son los sueños que nos ponemos como metas aquellos que nos hacen siempre mejorar. Obviamente soy un cantante y una persona con más experiencia que mis inicios, pero la esencia del corazón y las ganas de crear y descubrir más música siguen intactas.
¿Con el paso del tiempo hay más cordura o más locura en aquello que hacemos y en aquello que nos rodea?
—Obvio que el paso del tiempo ha de dejarnos una enseñanza, ha de madurarnos y serenarnos para ver la vida desde esa perspectiva más reposada.
Además de aprovecharla, ¿qué es lo más inteligente que se puede hacer en esta vida?
—Sin duda, lo más inteligente es vivirla con felicidad, con pasión y siendo una buena persona.
¿Cómo te ves de aquí a 20 años?
—Me esforzaré al máximo y trataré de apoyarme en todos los sueños como metas, por ese motivo me veo dentro de otros 20 años celebrando mi 40 aniversario con todos vosotros. Muchísimas gracias por esta bonita entrevista.