Incluso los escritores llegan a una etapa en la que se plantean qué más tienen que decir. Fue lo que le sucedió a Antoni Mas Busquets (Palma, 1956), que publicó su última novela en 2009. Ahora, rompe el silencio literario con un libro de relatos, Només se salvaran els llamps (Edicions3i4), que ganó el Premi Octubre Andròmina de Narrativa 2022. Lo presenta hoy, a las 19.00 horas, en la Llibreria Lluna de Palma, junto a Miquel Cardell. El 6 lo hará en la Biblioteca Joan Alcover.
No es que Mas Busquets escribiera y dejara esos textos en un cajón durante esta década, sino que directamente no escribía porque sentía que «daba por terminada una etapa, y eso que había publicado cinco libros con buenas críticas y en editoriales destacadas, pero era como que había dicho todo lo que tenía que decir. Estaba contento, no frustrado», asegura.
Sin embargo, cuando se mudó de Son Sardina, donde había vivido 35 años, hasta el centro de Palma, algo en él se despertó. «Desencadenó un proceso de cambio de las circunstancias, de contexto y de percepción. En Son Sardina veía las mismas tiendas, las mismas calles y a la misma gente. El cambio me despertó curiosidad porque de repente todo resultaba nuevo. Tenía 60 años y mirada de un niño pequeño», cuenta. La alteración fue tal que el escritor ha roto este silencio con su primer libro de relatos, en los que recopila cincuenta textos cortos.
«Es un género que nunca había cultivado, pero lo encontré estimulante. Cuando escribía novelas estaba muy pendiente de controlar el contenido, mientras que aquí no hay una gran trama y me puedo focalizar en pequeños episodios aparentemente insignificantes. Todo me servía, todo era susceptible de convertirse en relato», comenta.
En este sentido, señala que «cada historia me dirigía el estilo y no al revés, por eso todos son diferentes, no siguen la misma técnica. Después me he dado cuenta de que un evento concreto solamente tiene sentido cuando está conectado con otro. He aprendido a confiar mucho más en la naturaleza de cada historia y antes era yo quien quería controlarlo todo». De momento, el autor reconoce que puede que este sea un «hecho puntual», puesto que ya está trabajando en una nueva novela.