El rey emérito Juan Carlos de Borbón ha asistido este jueves a la ceremonia de ingreso en la Academia Francesa del Nobel hispano-peruano Mario Vargas Llosa. El monarca, que ha acudido junto a su hija, la infanta Cristina, se ha sentado en la primera fila del anfiteatro para mostrar su apoyo a su amigo. El padre del rey Felipe VI ha respondido a la prensa que le esperaba en el lugar y ha asegurado que se encuentra bien: «Muy bien. Encantado de veros».
Tanto Juan Carlos I como su hija han recibido una ovación de los asistentes cuando han llegado al evento. Hélène Carrère d'Encausse, directora de la Academia, ya explicó en una entrevista que iba a recibir un trato de acuerdo con su rango: «Ha sido rey de España. No vamos a tratarlo como si fuera el conserje. Debemos esto a España. Es el padre del rey actual». El rey emérito, que actualmente reside en Abu Dabi, se ha desplazado a París en un viaje privado después de que el propio Vargas Llosa le extendiera una invitación para acudir a la ceremonia.
No se conocen, sin embargo, detalles de la agenda de Juan Carlos I. A sus 86 años, Vargas Llosa ocupará el sillón número 18 de la Academia Francesa, una institución creada en 1635 por el cardenal Richelieu para velar por la lengua francesa. Vargas Llosa ha aprovechado la ocasión para agradecer a Francia la «paradoja» de que fuese esa nación la que le ayudó a sentirse «un escritor peruano y latinoamericano». En concreto, el autor de La fiesta del Chivo rememoró que, cuando desembarcó en territorio galo en 1959, los franceses, «fascinados por la revolución cubana» antes de que esta se convirtiera en una «tiranía», habían descubierto y leído antes que él a autores como «Borges, Cortázar, Uslar Pietri, Onetti, Octavio Paz y, más tarde, Gabriel García Márquez».