La Associació d'Artistes Visuals de les Illes Balears (AAVIB) ha denunciado este martes en un comunicado la situación respecto a la escultura Núvol, de Albert Pinya, que ha sufrido vandalismo tras destaparse hace menos de una semana en el nuevo bosque urbano del canódromo de Palma, tras un año desde su instalación. La patronal de artistas baleares lamenta, en primer lugar, que la obra haya sido elegida a dedo y no tras una convocatoria de licitación pública y para cuya elección no se haya establecido un jurado especialista en escultura.
«Estos procesos primero colindan con la transparencia que debiese suponer cualquier gasto de la Administración pública, especialmente en lo referido a esta clase de cosas como justamente está ocurriendo, cuestionada por la ciudadanía», ha apuntado el presidente de la AAVIB, Álex Ceball. «¿A quién se le ocurre instalar una pieza escultórica de material ligero sin protección o vigilancia en un parque rodeado de centros educativos? Es una novatada y demuestra un desconocimiento claro de las reglas estructurales que debe tener una escultura en el espacio público. Esto pasa por no consultar antes con especialistas», ha asegurado.
«La AAVIB hubiese puesto a disposición un equipo técnico detrás, de escultores profesionales preparados y con experiencia, que tienen obras repartidas por Mallorca, Baleares, la Península y al otro lado del océano. Probablemente ha sucedido por errores no forzados, pero evidentemente demuestra desconocimiento, donde han predominado otros factores evidentemente más superficiales. Hay cosas más allá de un nombre de moda, como por ejemplo consideraciones estructurales de material», prosigue Ceball, quien ha añadido: «Pueden preguntarnos antes en total libertad. Para eso estamos».
La AAVIB espera que las próximas elecciones de obras escultóricas cumplan con mínimos técnicos para ser instaladas en espacios públicos pertenecientes a todas las instituciones de la administración pública. «Ojalá contemos con una comunidad autónoma que esté repleta de obras de arte, pero que sean buenas obras, tengan proyección a futuro más allá de la novedad o lo decorativo y que ahorren dinero a las distintas administraciones en su implementación y mantención», concluye el presidente de la AAVIB.