Ni atuendos estrafalarios, ni diamantes colgando del cuello. A Sebastián Yatra (Colombia, 1994) no le hace falta mucho para ser feliz. El colombiano transmite alegría y sencillez en cada una de sus canciones. Con ellas no pretende cambiar el mundo, le basta con alentarnos para no arrojar la toalla y luchar en pos de nuestras metas. Su música se mete por los intestinos, un reguetón que ya no es ni marginal ni solo para latinos. Este género nacido del reggae se ha refinado y suma adeptos a la velocidad de la luz, tiñendo de sonido urbano el repertorio de los artistas más insospechados. La fiesta latina es una realidad, ha llegado para quedarse y, con ella, desembarca Yatra en una de las veladas musicales del ciclo Mallorca Live Summer 2022 programadas en el antiguo Aquapark de Calvià (Magaluf). La cita es mañana jueves, a partir de las 22.00 horas.
El cantante de Medellín, representante del indiscutible género de moda en la industria musical, el más demandado, el que mueve a las masas, acercará a la Isla éxitos como Pareja del año, Tacones rojos y otros cortes alojados en su tercer álbum, Dharma, repleto de color, ritmo y colaboraciones como las de Rauw Alejandro, Rosario, Daddy Yankee o Aitana. El artista confiesa en esta entrevista con Ultima Hora que todos esos creadores «me inspiran», pero también «hay artistas nuevos que me van inspirando día a día, y otros que siempre lo harán, por citar a algunos podría decir Michael Bublé, Maná o Coldplay». Todos ellos forman un caleidoscopio de influencias para el colombiano que da como resultado unas canciones que se articulan siempre desde «un lugar honesto».
Honestidad
Asegura Sebastián Yatra que el punto de partida de su último disco fue, precisamente, «la aceptación, el crecimiento emocional y la honestidad». Para llegar a esa conclusión debemos entender antes el significado de Dharma, un término budista conectado con el kharma. Si bien este último representa las lecciones relacionadas con el ego, las expectativas y el miedo que nos confiere la vida, el dharma irrumpe en el momento en el que un individuo aprende a encajar la realidad que le rodea, «a aceptar la vida por lo que es».
A la hora de pergeñar su obra, reconoce el artista que «no me gusta que todo deba tener un orden, escribir desde la matemática, hay cosas a las que está bien meterle cierta lógica pero hay otras que no se explican tan fácil y simplemente se sienten».
Presión
Dado que cada tema que publica supera en ventas y reproducciones en las principales plataformas digitales, Yatra confiesa «sentir presión» a la hora de componer. «En todos los discos siento algo de presión, después me relajo». En este sentido, el cantante señala que «siempre hay plazos para entregar ciertas cosas, lo que sea, y me pongo presión, pero este disco me ha ayudado a relajarme;es decir, cuando el disco esté listo estará listo, no hay que forzar las cosas».
En cuanto a cómo se gestó el álbum Dharma, Yatra señala por encima de todo la irrupción «de compositores y productores de diferentes nacionalidades» como el detonante «del color» que destila ese último disco, «hay muchas culturas que lo influencian», agrega. Todo vale para conseguir no caer en la reiteración, «me preocupa escribir la misma canción dos veces».
Con apenas 27 años, Sebastián Yatra siente que «aún me queda mucho por contar», inspiración y amplitud de miras no le faltarán. De hecho, el artista cuenta que los tres álbumes que le sirven de referente y de guía en su todavía corta pero muy fructífera trayectoria son «¿Donde están los ladrones?, de Shakira; Un día normal, de Juanes, y Romanza, de Andrea Bocelli».