Joan Manuel Serrat, pletórico en su oficio, ofreció este pasado domingo por la noche su última clase magistral en Palma sobre los escenarios, con Maria del Mar Bonet como invitada por sorpresa para su fiesta de despedida. Son Fusteret se llenó de un público totalmente entregado, una temperatura veraniega y un ambiente propicio para la complicidad musical y vital. Durante la velada Serrat bromeó, reflexionó y sobre todo cantó historias de vida. «Estoy muy feliz porque puedo despedirme de vosotros, uno por uno, personalmente como quien dice», dijo nada más pisar el escenario.
A sus 78 años, el artista catalán hizo un repaso a través de veinticuatro canciones de su inmenso y reverenciado repertorio (44 discos y más de 600 temas a lo largo de 57 años sobre las tablas) pero dejando claro que esta gira tiene prohibida la nostalgia, y de hecho muchos de sus grandes clásicos han sonado más actualizados y con más potencia de lo habitual, apoyados en una gran banda. La mallorquina Maria del Mar Bonet no quiso perderse esta noche de fuertes emociones e irrumpió sobre el escenario para fundir su voz con la del catalán, creando una estampa mágica y seductora al son de ‘Cançó de l'amor petit', un corte de Serrat que la gran dama de la cançó Mediterrània adaptó para su LP ‘Terra secreta'. A continuación, entonaron ‘La Balanguera'. Un momento que puso la piel de gallina a todos los asistentes que se pusieron en pie y rompieron en aplausos.
Serrat ha decidido despedirse del público mallorquín con esta gira, entre numerosas paradas más hasta llegar a diciembre a su Barcelona natal. Pero ya avisó: este no será ni mucho menos su último concierto. El cantautor bromeó con que se trate de su gira de despedida: «si fuera el último, tendríais algo que contar. Podríais decir yo lo vi, hacía gozo y, de repente, ¡patapam!». Y advirtió: «A partir de ahora, todo lo que nos queda por delante es futuro».