La Orquesta Sinfónica Illes Balears destinará los beneficios del tercer concierto del ciclo Teatro Principal de Palma a la Cruz Roja para ayudar a los ciudadanos de Ucrania refugiados en España. Según una nota de prensa de la Conselleria de Fondos Europeos, Universidad y Cultura, el concierto, cuyas entradas ya están a la venta, será el próximo 31 de marzo, a las 20.00 horas. El director gerente de la Sinfónica, Pere Malondra, ha asegurado que es necesaria una «total solidaridad» con las personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares a consecuencia de la guerra en Ucrania.
Desde Cruz Roja Española han hecho un llamamiento para apoyar las acciones del Movimiento Internacional de la Cruz Roja en la región, así como la asistencia a las personas de origen ucraniano en situación de vulnerabilidad en España. La Conselleria recuerda que la Orquesta ya interpretó el himno de Ucrania en el pasado concierto del 10 de marzo, en el Auditorium de Palma, como símbolo de paz y para mostrar su apoyo a las víctimas de la guerra y condenar la invasión rusa. En el concierto se estrenará 'Simplicity' del compositor mallorquín Joan Valent, que el departamento de Cultura describe como un «viaje sonoro» construido a base de «progresiones fractales simples que, por superposición de capas sonoras, sumerge dentro de un universo sonoro muy amplio y explosivo». Califican la obra como «reflexiva», «en el centro de uno mismo y de sus emociones».
La actuación forma parte de 'Illes Sonores', programa conjunto entre la Fundación Orquesta Sinfónica Illes Balears y la Dirección General de Cultura cuyo objetivo es «hacer sonar» el patrimonio de Baleares y «dar voz a la nueva creación» reivindicando también el trabajo de los compositores e intérpretes de las Islas. Joan Valent se formó musicalmente con estudios de violonchelo, piano, análisis, composición y dirección en Palma, Barcelona y Los Ángeles. En el año 1987 estrenó su primera obra 'Mort a la paraula' para piano, violín, clarinete y mezzosoprano. En Barcelona, Valent amplió sus estudios con los compositores Carles Guinovart, Joan Guinjoan y David Padrós. Recibió clases de composición, análisis musical y orquestación e instrumentación, así como de violoncelo, piano y dirección. Posteriormente, en Los Ángeles (California), realizó cursos de composición clásica, musicalización de proyectos audiovisuales y dirección de orquesta en la Universidad de Los Ángeles, bajo la tutela del compositor Aurelio de la Vega. A partir de 1993 empezó a estrenar sus obras alrededor del mundo y a colaborar como arreglista y compositor sinfónico con artistas otros géneros musicales. Por su parte, la joven pianista Alexandra Dovgan, con tan sólo 15 años, será la solista de esta noche e interpretará el 'Concierto para piano núm. 2 op. 21 en fa menor' de Frédéric Chopin. Dovgan nació en 2007 y empezó sus estudios de piano a los cuatro años y medio. A los cinco años, su talento surgió cuando superó las pruebas para acceder en la Escuela Central de Música del Conservatorio Estatal de Moscú. Ha sido galardonada en cinco concursos internacionales, entre ellos el Concurso Internacional de Piano Vladimir Krainev, el Concurso Internacional Astana y el Concurso Internacional de Televisión 'El Cascanueces'. En mayo de 2018, cuando todavía no tenía 11 años, Alexandra obtuvo fama mundial al ganar el Gran Premio en el Segundo Concurso Internacional de Piano de Moscú. A pesar de su edad, Alexandra ya ha debutado en algunas de las salas de conciertos más prestigiosas del mundo: la Philharmonie de Berlín y el Gran Salón del Concertgebouw en Ámsterdam, dentro de la Serie Meesterpianisten de Marco Riaskoff.
En julio de 2019, la joven pianista «impresionó a los críticos y al público» con un recital muy aclamado en el Festival de Salzburgo culminando el año con un recital en el Théâtre des Champs Élysées de París. El programa, dirigido por el maestro titular del OSIB Pablo Mielgo, se completará con «una de las sinfonías más originales del siglo XIX», según la Conselleria: la 'Sinfonía núm. 2, en si menor' de Aleksandr Borodín, quien consideraba ésta como un retrato de su vieja Rusia.