Los galeristas mallorquines presentes en la feria de arte Arco, finalizada el domingo, hacen un balance positivo de su presenta en la 40 edición, celebrada de manera extraordinaria en julio debido a las restricciones de la pandemia. Este hecho ha obligado a reducir los espacios expositivos de 205 en 2020 a 131 este año.
El galerista Juan Antonio Horrach espera que el próximo año Arco regrese a su fecha habitual de celebración, en febrero, durante la Semana del Arte de Madrid, aunque propone los meses de abril o mayo como posibles fechas alternativas de cara a la asistencia mayoritaria de coleccionistas internacionales. «En esta edición de arco el coleccionista ha sido principalmente español. El cambio de fechas ha afectado sobre todo a la presencia del coleccionista internacional», explica el responsable de Horrach Moyà, quien también destaca el «esfuerzo importante» de los galeristas para «apoyar» a Arco «en un momento complicado, donde la ilusión por regresar a la normalidad ha influido en nuestra decisión de estar en Madrid en estas fechas tan atípicas», asegura.
Quien también ha echado en falta la presencia de coleccionistas extranjeros ha sido Fran Reus que, no obstante, se muestra «muy contento porque vuelva a activarse el sector y las ferias presenciales». «A nivel personal, estamos más que felices con la feria», explica el galerista isleño, y añade: «Hemos vendido casi toda la obra de Bel Fullana; y también piezas de artistas que tenemos en la galería de Palma».
En cuanto a Mari Reme Silvestre y Marian Garrido, las artistas que ha llevado a Arco, junto a Fullana, para la primera «se han confirmado una serie de proyectos institucionales muy interesantes de cara a los próximos meses»; mientras que para Garrido, finalista en Arco de los Premios Veepee a la Creatividad, se ha cerrado una exposición en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid y su presencia con Fran Reus en la feria Art-o-rama de Marsella. «Ha sido una edición extraña, pero para nosotros muy positiva, además al haber menos galerías, los estands han sido más grandes y ha habido más espacio para disfrutar Arco con tranquilidad», finaliza Reus.
Las responsables de la palmesana L21 también se mostraron más que contentas. Uno de sus representados, Ian Waelder (Santa Ponça, 1993), exhibió su alegría por el regreso de Arco con el objetivo de reactivar el mundo del arte y ofrecer así apoyo a los creadores tras el cierre por la pandemia.
Por su parte, el artista Robert Ferrer i Martorell, en su tercera participación, dentro del estand de Espacio Valverde, señala que «ha sido una edición diferente por la falta de muchas galerías y coleccionistas extranjeros debido al Covid pero no por ello de menor nivel», Y agrega; «Los estands disponían de un mayor espacio por lo que los proyectos se veían con mayor claridad y en eso ha mejorado la feria en esta ocasión. También creo que después de esta edición la próxima se espera con mucha ilusión».