Vicky Luengo habla del «reto más importante» de su carrera, «Antidisturbios», una serie de Rodrigo Sorogoyen en la que da vida a una policía de Asuntos Internos que, a pesar de ser juzgada por tener «mucha ambición», sigue adelante en su investigación y «no descansa hasta conseguir lo que ella cree que es verdad».
Hace unos meses, en pleno confinamiento, Vicky Luengo (Palma, 1990) hablaba sobre «una de las experiencias más maravillosas» de su vida, un proyecto «increíble» -decía ella- dirigido por Rodrigo Sorogoyen en el que había «aprendido muchísimo y disfrutado como una enana». La actriz hablaba de «Antidisturbios».
A unos días del estreno de la serie en Movistar+ (16 de octubre), Luengo vuelve a conversar con Efe de este proyecto, el cual considera «el reto más importante» de su carrera y una oportunidad para «eliminar prejuicios» sobre la policía y hacer reflexionar al público.
«'Antidisturbios' es un thriller policíaco trepidante que está contado desde el punto de vista de las vidas humanas de los personajes que participan», explica la actriz, que da vida a Laia Urquijo, una policía de Asuntos Internos que debe «investigar si ha habido exceso de violencia o mala praxis» por parte de un grupo de policías antidisturbios -interpretados por Raúl Arévalo, Hovik Keuchkerian, Roberto Álamo, Álex García, Raúl Prieto y Patrick Criado- durante un desahucio en el que se produce una muerte.
Con la corrupción, los tejemanejes políticos y la exposición de ciertos problemas sociales como telón de fondo, es el retrato humano, las «vidas humanas» -como explica la actriz- que hay detrás de los cascos, las protecciones y los uniformes policiales, lo que realmente cobra importancia en la serie.
En este punto, la actriz hace hincapié en el trabajo y la construcción del personaje «sin tener en cuenta si es una mujer o un hombre» sino en mostrar el trabajo de una «persona normal», aunque -como una realidad injusta- reconoce que el personaje «seguramente caería muchísimo mejor» si fuera un hombre.
«Laia es una mujer con mucha ambición, pero con mucha ambición positiva. A veces se relaciona con algo negativo y cuando la ambición sirve para que uno crezca a nivel profesional, sin pisar a nadie, es algo muy bueno», explica la actriz.
En términos de preparación del personaje, la lectura, el contacto con policías reales y el entrenamiento físico han sido las claves de Luengo para construir a Laia: «Leí muchos libros, sobre todo un ensayo de Jorge Cabezas que se llama 'Asuntos Internos' para poder entender un poco cómo funciona de verdad el protocolo y el día de día de la gente que trabaja en esta unidad».
«Hice preparación física, que nos pusieron en la propia serie, con un entrenador personal y luego como más lo preparé fue a través de hablar con alguien que trabajaba en Asuntos Internos. Nos sirvió mucho para eliminar muchísimos prejuicios que tenemos sobre lo que hemos visto en las series», apunta la actriz.
Sobre el rodaje, Luengo destaca el trabajo «mano a mano» con el director y con Isabel Peña, guionista de la serie: «La clave ha sido el trabajo mano a mano con Rodrigo e Isabel, entender muchísimo al personaje, saber qué queríamos contar con él, no juzgarle e intentar generar una vida lo más real posible para que, en todo momento, te creyeras lo que estaba pasando en la secuencia».
Esa naturalidad y esa «vida lo más real posible» de la que habla Luengo y que el espectador podrá ver a partir de este viernes tiene su punto de partida en una estrategia de Sorogoyen durante los ensayos: «No nos dejaba juntarnos a los antidisturbios y a mi porque quería que fuera real el momento de los interrogatorios. Quería como que realmente no tuviéramos confianza».
Con todos estos ingredientes, la actriz espera que «el espectador vea algo que le interese, algo que le enganche, que le haga plantearse cosas como en qué sistema vivimos, cómo vivimos y cómo juzgamos lo que vivimos», un objetivo de una serie que, destaca, «no intenta posicionarse política o moralmente».
Con ello, el mayor deseo de Luengo es que el público se sienta parte de la historia: «Me gustaría que fuera el espectador el que se enganchara, que empatizara, que a veces odiara, que a veces animara al personaje y que fuera viajando con ellos a través de esta serie que realmente es una cosa trepidante que te mantiene pegado a la pantalla».