Tiene un suave pelaje azul, cuernos de cabra, la agilidad de un mono y dedos prensiles. Ideales para robar letras de la página escrita o enredar los cordones de los zapatos de su propietario, Noah, un niño que acaba de descubrir que tiene dislexia. Junto a Dix, un pequeño monstruo tan molesto como entrañable, protagonizan las páginas del cuento Noah y Dix. El misterio de la dislexia.
Sus autores son el ilustrador Kiko Sebastià y el actor y escritor Carlos Llecha. Y saben de lo que hablan porque ambos son disléxicos. «La dislexia nos ha condicionado mucho en la infancia. Llegar al nivel de los demás era imposible, no había recursos educativos en nuestra época», cuentan Sebastià y Llecha, que rozan la treintena.
Cuentan que han sufrido mucho «con este impedimento, pero al final hemos sabido congeniar con la dislexia». Una convivencia que «hemos transformado en una criatura alocada. Un animal fiero pero entrañable».
Como muchos disléxicos, han padecido problemas en los estudios pero han sabido encontrar herramientas alternativas a la lectoescritura, que les supone un desafío. «He aprendido a memorizar textos tras mucha práctica. Si tengo un monólogo largo, hago un dibujo que sustituye a cada palabra», cuenta el actor Carlos Llecha, que ahora está inmerso en la grabación de la serie La Caza. Tramuntana en Mallorca.
Por su parte, Kiko Sebastià advierte que los disléxicos «tenemos una memoria visual muy potente. Agudizamos la vista y el oído» y todos coinciden en una gran «capacidad imaginativa». De hecho, Sebastià se decantó por la ilustración y es el responsable de la ambientación de la sala de oncología pediátrica de Son Espases, con un TAC que asemeja un barco pirata.
Asesoramiento
Este libro refleja el amor por el arte de muchos disléxicos, entre los que destacan Einstein o Tom Cruise. Tras contar con el asesoramiento de la psicóloga Helena Alvarado, fundadora de Disfam, la Asociación de Dislexia y Familia.
La obra, editada por Disset Edició, llegará a las librerías el 16 de julio y se presentará al día siguiente en La Misericòrdia, de la mano de Rata Corner.