Hace unos días se anunció que el Centre Cultural La Misericòrdia de Palma acogería un casting de extras y figurantes para la nueva producción de Netflix, la serie de ficción White lines, del creador de La casa de papel, Álex Pina, que muy pronto se empezará a rodar en la Isla. La respuesta en redes sociales a este reclamo fue masiva, lo que hacía prever que sería una jornada muy ajetreada. Nada más lejos de la realidad, ya que desde las ocho de la mañana ya había ciudadanos haciendo cola antes de que se abrieran las puertas a las 10.00 horas.
En torno a 1.200 personas, de todas las edades y de alrededor de toda Baleares, se presentaron a esta convocatoria que busca reunir 1.000 extras con muy diversas características. Desde chicos y chicas modernos de todas las nacionales y etnias, de entre 18 y 40 años; gogós, tanto chicos como chicas, con disponibilidad para desnudarse, así como chicos y chicas rubios o pelirrojos; crupiers profesionales; y, por último, mujeres y hombres en general, de entre 35 y 80 años. La experiencia previa en proyectos similares no era necesaria.
Por ello, acudieron ciudadanos de diversas edades y características, entre los que había tanto gente que era la primera vez que se «metía en una experiencia así» y lo hacían con «mucha ilusión y nervios», como veteranos y jóvenes que sueñan con formar parte del mundo actoral y ven este casting «una oportunidad de darse a conocer». En mayo, todos ellos sabrán si forman parte de esta aventura seriéfila.
A los participantes se les exigió una serie de datos, como el nombre, la edad, la talla de ropa, el color del pelo, etcétera, entregar una documentación determinada entre la que figuraba el DNI, la tarjeta de afiliación a la seguridad social y un certificado de cuenta bancaria o libreta. Además, a los que se presentaron se les tomaron dos fotos: un plano corto, en modo retrato, y otro largo.
El trabajo será remunerado y desde la organización afirmaron que se pagarán unos 68 euros brutos por una jornada de once horas.
La serie rodará escenas en Palma, Escorca, Pollença, Santa Maria del Camí y Valldemossa, y también se filmarán zonas costeras y entornos naturales. Se trata de la segunda serie que Netflix rueda en Mallorca, tras Turn up Charlie el verano pasado, y es un thriller centrado en la investigación de la desaparición en Ibiza de un famoso DJ británico de Manchester cuyo cuerpo aparece en la Isla dos décadas después.