Joan Manuel Serrat (Barcelona, 1943) canceló el pasado 29 de julio el concierto que tenía previsto en Palma. El cantautor catalán, mediante un comunicado, informaba de que había sufrido una infección de garganta que le impedía cumplir con su cita, pero la actuación fue aplazada al día 8 de septiembre y, esta vez, parece que sí se cumplirá.
El recital tendrá lugar a las 21.30 horas en el Palacio de Congresos. El de Mallorca será el primer concierto después de su recuperación, dentro de la gira Mediterráneo da capo, en la que se encontraba inmerso y con la que homenajeaba su disco Mediterráneo (1971), en el que se pueden encontrar algunas de las melodías que le convirtieron en uno de los compositores más respetados y queridos de nuestro país como Lucía o la canción que da título al mítico LP.
¿Qué tal se encuentra tras su laringitis?
— Me encuentro fantásticamente. Fue una pena tener que cancelar esos ocho conciertos, pero Mallorca ha sido un lugar maravilloso para recuperarme. Estaba en la fase más avanzada de la inflamación y me ha venido muy bien descansar. Ahora tengo incluso más ganas.
¿Tiene ganas del concierto del 8 de septiembre?
— Usando una comparación futbolística, actuar en Palma es como jugar de local. Tocar allí tiene sus ventajas e inconvenientes, como el desplazamiento que es complicado por su localización, pero encuentro que las ventajas son muchas más. Es un lugar único. Es un sitio que visito a menudo, en el que tengo recuerdos fantásticos y donde viven amigos y compañeros tanto de trabajo como de la vida.
¿Cómo ha planteado la idea de la gira?
— La gira es un homenaje a mi disco Mediterráneo, que cumple 47 años. Un álbum que creo, ha envejecido con mucha dignidad. En total haremos unas cien actuaciones entre España, Francia y Latinoamérica. La gira se alargará hasta el año que viene.
Cien actuaciones son muchas, ¿cómo lo aguanta?
— Es un concierto muy intenso y agradecido, presentado ante públicos muy distintos a los que pretendemos envolver con la misma magia a todos. Es un trabajo duro pero cotidiano, no haría otra cosa. 53 años de carrera son muchos y puedo decir orgulloso que en ellos ha habido muchos conciertos. Es una maravilla poder sobrevivir al paso del tiempo.
¿Y el título del tour cómo se le ocurrió?
— Da capo es una expresión italiana que significa ‘volver al principio', que es justamente lo que estamos haciendo con esta gira. Mediterráneo es un disco al que le guardo mucho cariño porque me ha acompañado toda mi vida.
¿Cómo está reaccionando el público a los últimos conciertos en los que pudo actuar?
— La respuesta del público está siendo maravillosa. Tampoco he escuchado nunca a nadie decir lo contrario [risas]. La verdad es que siempre, donde haya ido, me han tratado bien y me he sentido acompañado.
¿Quién le acompaña sobre el escenario?
— Un grupo de grandísimos músicos formado por Ricardo Miralles, al piano; Josep Mas Kitflus, al teclado; Ursula Amargós, a la viola; el guitarrista David Palau; Tomás Merlo se encarga del bajo y, por último, el batería Vicente Climent. Todos ellos son viejos conocidos y hemos actuado juntos en innumerables ocasiones. Por ejemplo, con Miralles llevo compartiendo escenario, nada más y nada menos, desde el año 1968.
¿Tiene esperanza en que la cultura pase a un nuevo plano con el cambio de Gobierno y el panorama político actual?
— El nuevo Gobierno está ofreciendo gestos que parecen positivos, pero aún es pronto para aventurar nada. Con todos los problemas que hay en España no invita a que sea muy halagüeño. La cultura en este país necesita ayuda y reconocimiento, pero también hay otros muchos frentes abiertos como la sanidad o las pensiones de los jubilados. Aún hay que solucionar todas las medidas tomadas por el anterior ministro de Cultura, José Ignacio Wert.