El cineasta, escritor, periodista y filósofo francés Claude Lanzmann, autor del aclamado documental «Shoah», falleció hoy en París a los 92 años de edad.
«Shoah», obra capital del cine documental, fue un proyecto en el que trabajó desde 1974 hasta su estreno en 1985, con nueve horas de testimonios sobre el Holocausto que recorrieron el mundo.
Hijo de emigrantes judíos de la Europa del Este, fue miembro de la resistencia en la Francia ocupada por los nazis, en las filas de las Juventudes Comunistas.
Tras estudiar Literatura y Filosofía, se volcó primero en la docencia y el periodismo y posteriormente en el cine.
Lanzmann nació el 27 de noviembre de 1925 en Bois-Colombes, en la región parisina. Dedicó toda su vida a la creación artística. En 1952 entró como colaborador en la revista Les temps modernes, fundada por la pareja de filósofos Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, y que él paso a dirigir tras la muerte en 1986 de Beauvoir, de la que fue amante durante siete años.
Sus primeros documentales los realizó a partir de 1970. «Porquoi Israel» (1973) y «Tsahal» (1994) giran en torno al Estado de Israel, mientras que en «Un vivant qui passe» (1997) y «Sobibor, 14 octubre 1943, 16 heures» (2001) aborda, como en su obra más conocida, el Holocausto nazi.
En 1995 publicó un libro con la transcripción completa de los testimonios de «Shoah» y en 2009, bajo el nombre de «Le Lièvre de Patagonie», lanzó su autobiografía, repaso de una vida en la que tuvo tres hijos, uno de los cuales, Félix, murió en enero de 2017, a los 23 años, por un cáncer.
Su última obra, «Les quatre soeurs» (las cuatro hermanas), compuesta por cuatro entrevistas que realizó mientras preparaba «Shoah», se estrenó en los cines en Francia.
La ministra francesa de Cultura, Françoise Nyssen, subrayó hoy que Lanzmann fue un «intelectual comprometido», un «defensor ardiente de la libertad», que «intentaba descifrar el mundo para entenderlo» y que fuera de Francia se le ha reconocido «por su lucha incesante contra la injusticia».
Por su parte, la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, apuntó que su trabajo» muestra hasta qué punto las obras de arte contribuyen a la construcción de nuestra memoria colectiva, al dar a cada historia su resonancia individual y su voz particular».
Lanzmann había reiterado en distintas entrevistas que no estaba preparado para morir.
El diario Le Monde recordó que cuando ya estaba muy debilitado por el cáncer, el entonces presidente francés François Mitterrand lo convocó en el Elíseo una noche, para preguntarle: «Lanzmann, ¿qué es la muerte?». «Es un escándalo absoluto, señor presidente», le contestó.