Pop, rock y electrónica son los caminos que transita Maico, un quinteto esclavo de la melodía con una visión lírica personal e intransferible. Los mallorquines pusieron en circulación el pasado 24 de marzo su álbum de debut Emocional tourist, y este martes el Teatre Principal de Palma medirá su directo (20.00 horas).
Con el sampler, con el pop, con lo retro y lo moderno, despojados de prejuicios y complejos, Maico ha sacado adelante un trabajo intenso y sorprendente, gobernado por una voz que dará que hablar, la de Miguel Barceló. Su registro, potente y bien matizado, lidera un debut discográfico que contiene gemas de un intimismo sobrecogedor. Otras canciones, en cambio, te empujan a la pista de baile con estribillos pegadizos, ideales para silbar despreocupadamente.
Maico ha empastado un discurso con ecos a The Beatles, John Mayer o FKA Twings, pero manteniendo su propia identidad. Toni Noguera, productor de L.A., ha depurado el sonido del conjunto palmesano, cuya obra está llamando poderosamente la atención de los medios, confirmándoles como una de las grandes esperanzas del pop balear. En ese sentido, Virginia Díaz, de Radio 3, opinaba «Maico es la banda con mayor proyección internacional que, en estos momentos, tenemos en nuestra escena. Sus canciones incorporan sutiles gotas de soul a un pop exquisito e inteligentemente lleno de influencias que brillan. No me pueden gustar más». Y, al hilo de su primer single, Rainbow, Santiago Alcanda, también de Radio 3, sostenía: «Con ese estribillo radiofónico tan contagioso que te acompaña en la ducha, en el hipermercado y en el atasco más inoportuno. Un éxito».
Si tras escuchar a Wagner, a Hitler le entraban ganas de invadir Polonia, con Maico te envuelve un deseo de bailar y reír, embriagado por una euforia que capacita para cualquier empresa. Sus canciones poseen la misma magia que bendice a Coldplay o Maroon 5, pero también están capacitadas para explorar el tormento y la agonía interior con el bisturí de Radiohead o Muse. 'Habemus banda' es la frase que sobreviene tras una primera escucha de su álbum, un auténtico catálogo de magia emocional, derramado sobre un puñado de canciones que contienen las esencias del pop de siempre, aunque con el reloj fijado en 2017.