El convento de Santa Elisabet de las monjas jerónimas de Palma, conocido popularmente como Sant Jeroni, padeció las consecuencias de una brutal tormenta, una lluvia torrencial que asoló Ciutat en septiembre del año 2015. Parte de su tapial, elemento arquitectónico que data de principios del siglo XVII y que se encuentra la parte superior de la fachada, se desprendió de manera inesperada y, tras el aguacero, se cercó este acceso al convento desde la calle Antoni Planas i March.
Ahora, un equipo de expertos liderado por el restaurador Pere Terrasa se ocupa de la rehabilitación de este tapial, una reforma «casi artesanal», tanto por los materiales necesarios para ello como por la técnica. Esta intervención fue requerida con «carácter urgente» por el Consell de Mallorca por el temor a nuevos desprendimientos, tal y como fue aprobado por la Comissió de Patrimoni Històric el pasado mes de febrero.
La técnica original de construcción que el equipo de expertos está siguiendo para rehabilitar el tapial de Sant Jeroni –una tarea que arrancó este lunes y que se prolongará durante «algo más de tres días»– está, según detalla Pere Terrasa, «prácticamente olvidada, ya no se construye casi nada con esos materiales». En concreto, el tapial está realizado a partir de «tierra prensada y mortero de cal». Se trata de un molde que se empleaba antiguamente para fabricar tapias y está compuesto de dos tablas paralelas sujetas a cierta distancia mediante unas barras agujereadas y unos listones que las atraviesan. Pere Terrasa indica que, aunque «visualmente es muy aparatoso, porque es una gran superficie la que se cayó, nos hemos llevado una sorpresa en positivo porque pensábamos que los daños eran muchísimo peores».
En esta «laboriosa» rehabilitación se están respetando «al cien por cien» los materiales originales del tapial de Sant Jeroni. Así constaba en el proyecto que redactó y presentó Pere Terrasa y que fue aprobado por la Comissió de Patrimoni Històric del Consell.