Finalizada la etapa de dirección artística del compositor Joan Valent, el Festival de Pollença regresará este mes de agosto a sus orígenes clásicos abandonando su coqueteo con otros géneros musicales, la literatura y el cine. Dicha función recae ahora en un comité técnico plural integrado por músicos y docentes de reconocida trayectoria, como Marta Bauzá, Antoni Aragón, Joan Campomar, Noemí Dalmau y Carles Ponsetí. Juntos han programado siete conciertos que se sucederán cada miércoles y sábado en el Claustre de Sant Domingo de Pollença, a partir del sábado 5 de agosto.
Abrirá el Festival Gabrieli Consort, un grupo especializado en la interpretación de repertorio sacro que ofrecerá un programa a cappella que recorre cinco siglos de cantos de alabanza a la Virgen María con dos de las grandes antífonas marianas del siglo XVI inglés. Le seguirán Carles Trepat Domingo, la Orquestra Simfònica Illes Balears, acompañada de los solistas Julian Rachlin, Mischa Maisky e Itamar Golan; Quartor Beat-Kromoritmos, Les Musiciens du Louvre, Nelson Freire, el Quartet Mandelring, y Christoph Prégardien con Julius Drake.
Programa
El programa íntegro del Festival se presentará este jueves a toda la ciudadanía en un acto abierto en el patio de Can Llobera de Pollença, a las 21.00 horas, en un intento por alejarse del elitismo y acercarse al pueblo.
Así lo detalló el alcalde de Pollença, Miquel Àngel March, quien anunció también que el Festival estará acompañado de una campaña divulgativa para acercar la música clásica a los colegios. Aún así, en esta edición no ha sido posible programar clases magistrales de los artistas invitados, pero el alcalde quiere incorporarlas «en próximas temporadas».
Entre las novedades del Festival de cara a futuras ediciones hay prevista también una intervención en el escenario que incorporará una concha con el objetivo de mejorar las condiciones acústicas y de iluminación. El nuevo escenario estará operativo, si se cumplen las previsiones, en el verano de 2018.
El Festival de Pollença tiene un presupuesto de 300.000 euros, financiados por el Ajuntament de Pollença, con la colaboración de la Fundació Guillem Cifre de Colonya y del Hotel Formentor.