Familiares, amigos y los músicos del artista despidieron este sábado en un funeral privado al cantante Prince, quien falleció el jueves, después de un infructuoso intento de resucitación cardiológica y respiratoria.
Los restos del cantante estadounidense fueron cremados y un grupo de sus más cercanos amigos participó en una ceremonia fúnebre privada, señaló su portavoz Anna Meachan, quien anunció que en fechas próximas se anunciará una celebración musical. Las cenizas del artista reposan en un lugar confidencial.
A lo largo del sábado, cientos de visitantes y turistas abarrotaron las calles aledañas al complejo residencial y artístico de Prince en Minnesota, para rendir un informal tributo póstumo a uno de los más talentosos artistas de su generación.
El enrejado alrededor de Paisley Park, como se conoce a una de las zonas más populares del estado, lució este sábado cientos de globos con el emblemático color púrpura, además de arreglos florales, fotografías y recuerdos de la multitud.
Aunque los visitantes a Paisley Park no pudieron ingresar al edificio blanco que albergaba la residencia y los estudios de grabación del artista, fallecido el pasado jueves, muchos se conformaron con caminar sobre las aceras y tomarse un «selfie» de recuerdo, informa Notimex.
La multitud congregada este sábado reflejaba la diversidad racial y generacional de los seguidores de Prince, con niños, jóvenes y adultos, así como familias enteras, muchas de las cuales llevaban a sus niños en cochecitos adornados con motivos púrpura.
¿Una grave enfermedad?
Horas después de serle practicada la autopsia, que ha descartado la existencia de signos de violencia y el suicidio del cantante, se suceden las hipótesis sobre la trágica y sorpresiva muerte de Prince a los 57 años.
Su entorno más cercano, todavía bajo el shock de la pérdida, asegura que la estrella musical estaba luchando contra una enfermedad que debilitó su sistema inmunológico antes de su deceso el pasado jueves.
Aunque un informe de TMZ afirma que el artista fue hospitalizado por una sobredosis casi una semana antes de su defunción, una fuente cercana al artista asegura que padecía una grave enfermedad que se había prolongado en el tiempo.
«Las personas cercanas a él estaban muy preocupados por su salud e indicaron que había sido sometido a tratamientos que hacían que su sistema inmunológico se debilitara», dijo una fuente a People. Su manager justificó la cancelación de varios conciertos por la prolongada gripe que padecía el compositor de Minneapolis y que, oficialmente, fue lo que motivó el aterrizaje de emergencia hace seis días para que fuera atendido en un hospital de Illinois.
Sin embargo, la presunción de un consumo abusivo de algún opiáceo era negada con rotundidad por su amigo y colaborador L. A. Reid, que aseguró al espacio Today que el instrumentalista estaba limpio. «Lo que realmente me preocupa es que el Prince que yo conozco era súper sano, vegetariano, no abusaba de las drogas, no abusaba del alcohol. El estaba limpio y el parecía muy saludable y vibrante por lo que todo este asunto es realmente un misterio para mí», se lamentaba el polifacético rapero.
Estados Unidos se viste de púrpura
Tras la muerte de Prince, Estados Unidos dejó de lado el negro y se vistió de púrpura para guardar luto por el artista, cuya muerte copó los noticieros y se convirtió en tema obligado de conversación en centros de trabajo, calles y redes sociales.
En apenas unos minutos, la noticia del deceso del ganador de siete premios Grammy y un premio Oscar desplazó de las pantallas de televisión y los portales de noticias la contienda electoral estadounidense que ha dominado la conversación nacional durante meses, para colocarla en segundo plano.
Fotografías con la imagen del músico, cantante, compositor, arreglista y productor, de 57 años, dominaron las primeras planas de los periódicos del país, al igual que los programas de noticias en televisión y radio.
La revista The New Yorker, una de las más prestigiosas de Estados Unidos, difundió la portada de su próxima edición, en la que se observaba un fondo púrpura, salpicado con gotas cayendo del cielo.
Horas después de confirmarse la muerte de Prince Rogers Nelson, imágenes de televisión mostraron el altar improvisado en que quedó convertida la cerca metálica que rodea la mansión en Chanhassen, Minnesota, donde fue encontrado el cantante inconsciente dentro de un ascensor.
Cientos de admiradores se trasladaron hasta ese suburbio en las afueras de Minneapolis para dejar flores, postales y globos de color púrpura como un tributo a quien hizo cantar y bailar a generaciones bajo los acordes de éxitos como «Lets go crazy», «1999», «When doves cry» y «Purple rain», el tema que lo hizo trascender.
Sin embargo, el luto se tornó en una celebración visual y auditiva al pasó de las horas, de costa a costa y de frontera a frontera.
En la frontera entre Estados Unidos y Canadá, las Catartaas de Niágara se tornaron púrpura para celebrar el cumpleaños número 90 de la reina Elizabeth de Inglaterra, aunque para muchos de sus admiradores la asociación fue más plebeya que real.
En Minneapolis, la ciudad natal de Prince, la iluminación del estadio del equipo de béisbol de grandes ligas Mellizos de Minnesota se torno púrpura, al igual que la página de su cuenta oficial en la red social Twitter para honrar a uno de sus más celebres seguidores.
Lo mismo sucedió con el emblemático puente de la calle Lewry de esa ciudad, cuyos arcos fueron iluminados durante la noche con el mismo color.
Las autoridades municipales de Minneapolis anunciaron que las campanas de la torre central del edificio que alberga la alcaldía, tocarán este domingo la música de uno de los hijos de la ciudad.
En Massachusetts, el gobernador Charlie Baker pidió a las autoridades de Boston el cambio de las luces que iluminan las dos columnas triangulares que sostienen el puente Zakim, en homenaje al artista.
Algo similar sucedió en Cleveland, donde el pináculo de la Torre Terminal, el edificio más emblemático de la ciudad, se tornó púrpura, al igual que sucedió con las luces exteriores que iluminan el Súper Domo de Nueva Orleans, la casa del equipo de fútbol americano Santos de Nueva Orleans.
Algunos de los edificios más altos en Chicago se vistieron también de púrpura la noche del jueves, al igual que el edificio de la alcaldía de San Francisco y la enorme rueda de la fortuna en Orlando (Florida), conocida como The Orlando Eye (El Ojo de Orlando).
En Nueva York, los productores del taquillero musical 'Hamilton' sustituyeron una de las piezas de ese montaje por la música de '1999', que fue celebrado tanto por los actores como por el público asistente a la última función del jueves.