Aunque la música «siempre había sido importante» en la vida de la actriz Carolina Cerezuela, es ahora cuando en ella ha encontrado «una necesidad» más fuerte incluso que la de la interpretación, gracias al cantautor Jaime Anglada, con el que acaba de abrir «una nueva etapa» como dúo artístico.
«No sé si quiero compaginar esta nueva faceta con la de ser actriz. Igual a partir de ahora mi elección es la música, porque sé que no es un capricho, a partir de ahora es una necesidad», ha dicho a Efe la artista, tras asegurar que no tiene «la pretensión de ser cantante, solo la de interpretar las canciones para llevar a la gente al mismo sitio» al que la llevan a ella.
«Manzana de caramelo» (Sony Music), que se publica este viernes, supone su debut discográfico, no así el de su compañero, que lleva grabados nueve discos, uno con la Orquesta Sinfónica de las Illes Balears y que cuenta entre sus seguidores a los Reyes.
Fue una canción con propósito benéfico escrita para Cerezuela, lo que hizo coincidir sus caminos y que descubrieran una conexión que merecía la pena llevar más lejos, preparando nuevos temas y «reconstruyendo» viejas composiciones que esperaban su momento para salir de los cajones de Anglada.
«Encontrarme a Carolina ha sido un regalo, porque me hace escribir de una manera diferente, ya que estoy acostumbrado a hacerlo desde una objetividad subjetiva, siempre desde mí mismo. Me ha llenado de vida y de una energía muy positiva», apunta el músico, que destaca que la capacidad interpretativa de su compañera le ha permitido incluso entender mejor sus propias canciones.
Para él, amante del rock «angloamericano» de Elvis, Bob Dylan, Bruce Springsteen o Van Morrison y también del lirismo de españoles como Joaquín Sabina y Quique González, fue una «obsesión» encontrar el tono musical en el que Cerezuela se sintiera cómoda.
«Yo tenía muy claro cómo quería sonar: a Jaime Anglada, igual que suenan sus canciones, sin parecerme a nadie», señala la artista a este respecto.
«Manzana de caramelo», el corte que ha titulado el álbum, fue el primero que Anglada le presentó a Cerezuela y, según esta, «el reflejo» de lo que querían ser como dúo.
«Nos dicen a menudo que no nos habíamos preocupado mucho del nombre: Anglada-Cerezuela, pero es que no queremos nada que sea pretencionso, sino ser espontáneos, naturales como una guitarra y dos voces, y eso es 'Manzana de caramelo'», explica.
Coincide con la visión del 50 por ciento masculino de esta asociación, quien ve este como «un disco desnudo, porque es muy sincero por parte de los dos», concebido como «una conversación que permite contar una historia sin alardes musicales».
No se trata de una aventura finita, advierten, y Cerezuela, que se ha animado incluso a escribir la letra del tema que cierra el álbum, va más allá al señalar que «'Manzana de caramelo' es una iniciación y el principio de una carrera de fondo».
«Todo es de verdad», insisten, como podrá comprobar el público que se acerque a sus conciertos, el primero el próximo miércoles en la recoleta sala Libertad 8 de Madrid y, ya el 10 de junio, en Palma de Mallorca.