Confesiones de mujeres de 30 huye de tópicos y estereotipos para afrontar a la mujer «de verdad. La imperfecta con arrugas, canas y relaciones fallidas».
Este miércoles Meritxell Huertas, Ota Vallès y Anabel Totusaus regresaron para subirse a las tablas del Auditòrium de Palma, donde estarán a diario hasta el próximo domingo.
Confesiones de mujeres de 30 saca a la luz, a través de una conversación entre tres amigas, todas las frustraciones y presiones sociales a las que se ve sometido el sexo femenino al alcanzar cierta edad. Una conversación que, prometen, «los hombres desearían presenciar a través de una mirilla». «El título dice de 30, pero es para mujeres de 25 a 99 años», apunta Huertas.
Tras más de 600 funciones, el guion de la obra ha sufrido pequeños cambios. «Hemos introducido alguna cosa que nos parecía muy divertida y hemos sacado otra que ha perdido gracia... pero la estructura sigue siendo la misma», afirma Vallès.