«Con esta investigación hemos roto la inercia historiográfica del estudio de Gaudí desde Catalunya [cuando trabajó en Mallorca] sin considerar a la Catedral como un actor en proceso; nosotros damos el protagonismo a la Catedral». En la Seu, el arquitecto catalán «solo pudo trabajar desde la tensión, con seiscientos años de historia que le pesaban en cada movimiento».
El Gaudí de la reforma del primer templo de Mallorca no es el que «todo el mundo mitifica, él vino aquí para hacer algo que nunca había realizado antes y que nunca volverá a hacer». Lo asegura Mercè Gambús, coordinadora de la publicación que se presenta este viernes en la Seu, a las 20.00, La Catedral de Mallorca és el document. La reforma de Gaudí cent anys després.
Porque Gaudí viajó a Mallorca contratado por el obispo Campins «no para restaurar la Catedral», sino para acometer «una reforma arquitectónica» que tenía un ideólogo, el citado prelado, y una finalidad litúrgica. «La reforma de Gaudí es el gran escenario que Campins quiere imprimir a la Diócesis, es un instrumento para redefinir el funcionamiento de la Diócesis». Aquí, añade Gambús, «no se puede buscar al Gaudí de Catalunya, de la arquitectura civil, de la Sagrada Familia, aquí hace lo que puede y le permiten».