El fotógrafo Chema Madoz estuvo el pasado viernes en el Museu Es Baluard de Palma impartiendo una clase magistral con la que abarrotó el auditorio del centro. Dos de sus obras pueden verse al comienzo de la colección Reproductibilitat 1.2, expuesta en el mismo museo.
Madoz, premio nacional de fotografía (2000) , defiende que su estilo detrás de la cámara «no pretende deleitar los sentidos sino emocionar a la inteligencia». «Se trata de invitar a la reflexión, y para reflexionar hay que utilizar la inteligencia. Reivindicar el carácter de la duda, no caer en las verdades absolutas, saber que siempre hay algo de lo que todavía podemos aprender»
El madrileño afronta el proceso creativo «a través de la observación y con una cierta obsesión. Centrando toda tu atención en lo que te obsesiona te colocas en una posición en la que, en algún momento, llegarás a encontrar la solución. Uno de los principales problemas que tenemos al acercarnos a los objetos es que estamos convencidos de que ya sabemos todo sobre ellos y, por tanto, no les prestamos atención».