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Campos, ese espacio «donde soñar»

El maestro de la guitarra flamenca Paco de Lucía, en su casa de Campos. | ultimahora.es

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Mallorca concedió a Paco de Lucía la paz que anhelaba desde la niñez y que de adulto le exigía la composición. En Campos halló un escenario perfecto, adaptado a su esencia, y que le permitía reencontrarse consigo mismo cuando el artista bajaba del escenario y aparcaba la guitarra.

Llegó a Mallorca sobre el 2002. Su amigo Bernardo Armengol le descubrió una isla «atractiva» que tiempo después promocionaría internacionalmente como destino turístico y cultural. Así, Paco de Lucía se convertía en 2007 en la figura que publicitó Mallorca en la World Travel Market. De Lucía no era mallorquín, era feliz en la Isla y su familia también. Había recorrido con su arte medio mundo, pero fue en Campos el lugar en el que encontró un espacio «donde soñar». Y soñó y creó, y así lo contó al mundo. En Londres, entre otras cosas, manifestó su compromiso con la protección del territorio. Balears «es un tesoro, y si no lo cuidamos nos lo cargamos», decía.

Seducido por el clima, la naturaleza, la gastronomía... Paco de Lucía decidió instalarse en Campos en torno a 2005. Tiempo después, se compró otra propiedad en Establiments, donde residía ahora y tenía su estudio de grabación.

No fue un personaje que se prestara a exhibirse públicamente, en la Isla pocas apariciones públicas hizo más allá de los conciertos que ofreció en Palma (los últimos en 2008 y 2010, y antes en los 80 y 90). Tampoco se prestaba a muchas entrevistas, en Mallorca se liberaba de cualquier obligación que le distrajera de la creación.

Además de sus conciertos en el Palma Arena y en el Auditòrium, se embarcó en otros proyectos, como la colaboración en Paraules que s'endú es vent, de Tomeu Penya. No obstante, su relación fue más personal que profesional, explicaba ayer el cantante tratando de controlar la emoción. «Me supera», reconocía afectado. A Paco de Lucía y a Tomeu Penya les presentó hace ya años «el médico Bernat Montserrat», así conoció «a un músico único, el mejor que ha existido, pero sobre todo a una persona insuperable. Paco tenía un carácter suave, dulce, amable, abierto, era inteligente y muy amigo de sus amigos».

Lo dice uno de ellos, que ayer intentaba recuperarse «poco a poco» del disgusto. «Paco no era de los amigos más antiguos, pero era como un hermano y ahora el destino me lo quita». Los dos artistas tenían previsto encontrarse al regreso de Paco de Lucía de México. «Siempre comíamos juntos, con su mujer Gabriela y sus hijos, y Bernat y su familia. Y ahora no sé...».

Tranquilidad

En las últimas entrevistas que concedió a este diario, De Lucía reconocía que la Isla le evocaba la tranquilidad de su Algeciras natal y hablaba de sus miedos y preocupaciones, y de sus éxitos. Reconocía que la responsabilidad de su figura podía llegar a matar su ilusión. «Siempre tienes que estar al nivel y eso, eso no hay cuerpo que lo aguante».

Paco de Lucía falleció ayer habiendo demostrado la altura de los grandes, de los artistas rompedores, atrevidos, como Camarón de la Isla, cuya ausencia le dejó un profundo vacío. Paco de Lucía deja otro, el que provoca la pérdida de los grandes iconos.

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