Lo primero que le dijo Francisco López, director escénico de la ópera Rigoletto , fue que no harían una Gilda débil. La soprano Maia Planas captó de inmediato la idea de personaje que le transmitió el dramaturgo. «Un personaje principal como Gilda es un reto, exige estar en forma, requiere dosificarse muy bien para llegar entera a la escena final, que es muy dura», reconoce la intérprete que forma parte del elenco de esta producción que inauguró la XXVIII Temporada d'Òpera del Teatre Principal de Palma.
La soprano destaca el proceso de estudiar e interpretar el rol que le pertoca, pero exalta la necesidad de «pisar el escenario», desde donde «debe haber un feedback con el público, estamos ahí para transmitir unas emociones. Es una sensación muy especial».
El vínculo que Planas ha construido con el director de escena de Rigoletto , clásico de Verdi, ha sido productivo. «A veces cuesta encontrar directores que trabajen de la misma manera que él, buscando la psicología del personaje, cada frase, por qué dice esto, qué siente en aquel momento. Me ha exprimido y ayudado mucho en la parte vocal».
Trayectoria
Maia Planas, afincada en Barcelona, lleva 10 años participando en las producciones del Petit Liceu y se muestra agradecida a los teatros que dan «la oportunidad a cantantes que no somos figuras, pero hace años que picamos piedra». Durante su trayectoria, la soprano señala que «nunca acabas de tocar puertas, no te puedes relajar».
Rigoletto. Mañana y el viernes, a las 20.30, y el domingo, a las 18.00. Teatre Principal de Palma.