En un año difícil para la lengua y la cultura catalanas, la Obra Cultural Balear (OCB) celebró ayer la Diada de los Premis 31 de Desembre, la tradicional Nit de la Cultura que reconoce la labor de personas y colectivos a favor del país, en la que también se cerraron los centenarios de los escritores Marià Villangómez (Eivissa, 1913 - 2002) y Bartomeu Roselló-Pòrcel (Palma, 1913 - Es Brull (Barcelona), 1938). En el Teatre Principal de Palma -en el que aún resonaban los ecos de la despedida de Antònia Font, el grupo más carismático del rock catalán de los últimos tiempos-, hubo lugar para la reivindicación, la crítica, la glosa , la música y la poesía.
Durante el acto, presentado por Llorenç Cloquell, Jaume Mateu, presidente de la OCB, convocó a «trabajar afanosamente por Mallorca, por las otras islas y por los Països Catalans, cuya existencia es a prueba de necedades» y también a «exhibir con orgullo los símbolos de esta cultura nuestra que está en las antípodas de los elogios de la estupidez y de la ostentación de la ignorancia que exhiben excesivos cargos electos y ejecutivos». Mateu apeló al «espíritu de los irreductibles», los «cien mil que llenaron las calles de Palma tiñéndolas de verde, de dignidad y firmeza democrática».
En un discurso muy crítico con las actuaciones del Govern de Bauzá contra el catalán, como el TIL o la prohibición de utilizar símbolos como la quadribarrada , dijo del Ejecutivo que «legisla contra nuestro propio país y sus intereses». Además, animó a los socios de la OCB a participar en el próximo proceso de elección de los nuevos dirigentes de la entidad, que tendrá lugar el próximo mes. «El país necesita una Obra Cultural numerosa en activos, fuerte y unida, no tan solo para afrontar con garantías las acometidas en su contra y sus objetivos, sino también para contribuir a que podamos ejercer el derecho inalienable a decidir nuestro futuro».
A la gala, que fue grabada por la Televisión de Catalunya y se retransmitirá en diferido, asistieron autoridades del PP como el vicepresident de Cultura del Consell, Joan Rotger; el portavoz Julio Martínez y la directora general de Cultura, Catalina Sureda, y cuando la Assemblea de Docents recibió el Premi Gabriel Alomar, tras la proyección de unas imágenes de la manifestación «histórica» contra el TIL el pasado 29 de septiembre, todo el público se puso en pie para ovacionar a los docentes, excepto los políticos mencionados. Sobre el escenario del Principal colgaban filas verticales de camisetas verdes de la plataforma Crida, que fueron apareciendo de manera progresiva durante la velada.
Los representantes de la Escola de Música Ireneu de Segarra, Premi Emili Darder, ensalzaron la lucha de los profesores en «este año verde, del clamor por la dignidad de los docentes y de la escuela». Igual que David Pagès i Cassú, Premi Aina Moll i Marquès, que calificó a los maestros como «nuestros héroes». Era la noche de los docentes, recibidos a gritos de: «¡Viva, viva!».
Tras la entrega de galardones, la velada siguió con el espectáculo De vida ardent, basado en poemas de Bartomeu Rosselló-Pòrcel y protagonizado por Maria del Mar Bonet y Biel Mesquida. El broche final lo puso el canto común de La Balanguera.