Cerca de un centenar de personas, entre amigos y familiares, despidió ayer al fotógrafo Toni Catany, fallecido el pasado lunes a causa de un infarto en Barcelona, a los 71 años de edad. El sonido de las xeremies dio inicio al cortejo fúnebre en el cementerio de Llucmajor, localidad natal del fotógrafo. El poeta Miquel Bezares portaba la urna con sus cenizas.
Fue un acto muy emotivo. Hablaron algunos de los amigos de Catany, como el escultor Antoni Garau, quien mencionó su fundación. «Las instituciones la habían aprobado por unanimidad, cosa rara aquí en Mallorca».
En su última carta al Consell, el fotógrafo expresaba su preocupación por el poco tiempo que le quedaba. «No nos lo creíamos», aseguró Garau durante su intervención. «Ahora estamos tristes y preocupados, nos ha dejado un encargo, que es hacer el Centro Internacional».
El escritor Biel Mesquida leyó un texto de Miquel Bezares, Natures mortes de comiat a Toni Catany, y aseguró que «lucharemos con toda el alma por tu fundación, contra todo y contra todos. Contra los bárbaros que nos atacan. No te olvidaremos».
Por su parte, Maria del Mar Bonet rememoró el primer día que le conoció. «Él encontraba la belleza en todo, donde no la encontrábamos nosotros. Compartíamos poemas, música, viajes y hablábamos muy a menudo de la fundación». La cantante le dedicó un poema de Blai Bonet para despedirle.
El fotógrafo ha dejado «un encargo», un deber: la creación del Centro Internacional de Fotografía Toni Catany.