Faltaba todavía media hora para que diese inicio la gran fiesta del arte contemporáneo en Palma, la Nit de l'Art. Parecía que, en esta ocasión, la ‘marea verde' de docentes contra del TIL y a favor «de una educación libre e igualitaria», concentrados en el Born, iban a hacer poco ruido, que su manifestación iba a ser silenciosa, pero no fue así. Abucheos, globos verdes y gritos de «dimisión» y «no a la cultura sin educación» empañaron la inauguración oficial del evento; los políticos, con la marcada ausencia de el presidente José Ramón Bauzá –quien se encontraba en una junta local del PP en Escorca– y la consellera d'Educació i Cultura, Joana Maria Camps, se refugiaron en el Casal Solleric junto a los artistas Gilbert & George, Astrid Colomar o Rosana Antolí, que no pudieron explicar su obra. Aunque algunos se lo tomaron con humor, como el dúo británico, muy ácido: «¿Los fans? Muy bien los fans», dijeron. En contrapartida, «desilusión» entre los galeristas y creadores, que «llevamos un año preparando» una cita que cada año atrae a miles de asistentes.
La de ayer fue la primera Nit de l'Art para los galeristas Xavier Fiol y Pep Llabrés, de la galería Joan Oliver ‘Maneu', como presidentes de las asociaciones Art Palma y AIGAB, respectivamente, y ambos se mostraron un tanto «desilusionados». «No tiene nada que ver una cosa con la otra, los artistas se merecen un respeto», concluyeron ambos. Lo mismo opinó el vicepresidente de Cultura del Consell, Joan Rotger: «Esta es una iniciativa privada y su trabajo se debe respetar». Tal fue la presión, que no se pudo realizar la fotografía con los galeristas y la comitiva política suspendió el tradicional paseo oficial.
Pero no fueron todo abucheos y pitidos. Es más, parece que éstos se quedaron a las puertas del Casal Solleric. Un ambiente más tranquilo se respiraba en el resto de galerías, quizás demasiado. Las calles estaban menos concurridas que otros años.
Imágenes
Cerca del Born, en la galería Xavier Fiol, Ricard Chiang destapó unas obras con las que «regreso a mis paisajes», dibujados y pintados, pero con novedad. A la vuelta de la esquina, en la calle Concepció, el gentío contemplaba las propuestas de espacios como la galería Joan Oliver ‘Maneu', con las «explosiones» de Robert Ferrer i Martorell; el espacio de Jandro, con sus esculturas de barro de «personajes angustiados» y sus fotografías o telas, así como los collages basados en imágenes de revistas de moda y pasarelas de la colectiva que exhibía la galería Fran Reus, con obras de Amadeo Orellana, Julià Panadés, Nicolás Santos y Ernesto Artillo.